#barbaridadindecente
Publicado el 09 junio 2014 por House
De forma casual, el otro día un funcionario de la Tesorería General de la Seguridad Social me comentaba que no sería la primera vez que en este país se procedía a iniciar un proceso de embargo de la vivienda de unos jubilados porque debían una letras de un televisor. Esta tropelía sólo tiene un nombre: barbaridad indecente.
Llegado este caso, me preguntó que hará este joven profesor universitario que acaba de irrumpir en el escenario político europeo auto proclamándose el nuevo Mesías español, como el único ser humano capaz de salvar a España de las fauces sociales, económicas y políticas de los últimos quinientos años. Ríome yo, que dicen en Asturias.
Mientras me pregunto éstas y otras cuestiones, las hordas siguen en la plaza del pueblo pidiendo un clon de aquella Revolución francesa de las Galias de Julio César, pero sin Borbones Insisto, prefiero asumir los gastos del mantenimiento de una sola familia, que mantener cada cuatro años a una diferente. Que nadie se lleve a engaño, y dejad de contar milongas putrefactas. Ya nadie se las cree. Ni vosotros mismos. Para muestra, escuchad a Caballero Bonal.
Raro es el día que los telediarios no nos cuentan alguna acción derivada del verbo "trincar" o similar. El pasado jueves se hablaba de una red de corruptos a nivel nacional en gasolineras mientras a los chicos de la calle Genova y de Moncloa con las cifras de la última encuesta de la EPA. Todo correcto, nada que objetar, aunque los comedores sociales continúen atestados de usuarios.
El jueves también escuche que los jugadores de la Selección Española de Fútbol podrían ganar la módica cantidad de setecientos mil euros por jugador si ganaban el Mundial de Brasil, el doble que Alemania. Y Villar sin apearse de la poltrona. No me extraña.
Y en medio de esto, ¿continua siendo, de verdad, la principal obsesión de los españoles que reine o no Felipe VI? Estamos, sin duda, ante un grave problema de prioridades, sentido común, decencia y espíritu de país.
Qué conste en acta. No me perderé ningún partido del Mundial, por si alguien dudaba. Y también la retransmisión de la proclamación del nuevo monarca.