BASTA DE TONTERÍAS.
Escrito por: Luis García Miró Elguera. (Diario Expreso).
La desviación del centro de gravedad del gobierno tras haber mantenido el foco en el emprendimiento de actividad privada, cambiándolo por el debate barato y las indirectas sobre posibles nuevos rumbos políticos, constituye la mejor receta para liquidar el progreso del país. Equivale a sacar el pie del acelerador cuando la sociedad se encontraba en pleno proceso de crecimiento, reducción de la pobreza y consolidación de una agresiva política de inversión y capitalización nacional. El ciudadano es mucho más listo de lo que imagina palacio. Percibe absolutamente todas las señales que emanan del poder. En un país zarandeado tantas veces por gobernantes que han optado por la demagogia, el populismo y el neosocialismo –llevando el país al colapso–, yerran aquellos políticos que creen que actuando de esa manera la ciudadanía los recordará como artífices de algún triunfo. Todo lo contrario. Acá ya superamos la barrera del complejo de clases y el castigo al éxito.
El peruano contemporáneo es aspirante, trabajador, luchador y desinhibido. Repudia al Estado, como lo prueba una economía informal que supera el 60%. Y lo aborrece porque conoce la historia peruana. Es consciente de que a lo largo de la vida republicana el común denominador de la mayor parte de los regímenes ha sido aplicar aquel frustrante, empobrecedor y asfixiador estatismo que castró toda la iniciativa privada; que hundió al individuo sometiéndolo a la dictadura de una nomenklatura izquierdista que lo monopolizaba todo, robándoselo al particular.
El peruano del tercer milenio es empresario por antonomasia. El estatismo militar del 60 al 80; la hiperinflación y consecuente mega ruina económica de los 80 al 90; aquel sanguinario cuarto de siglo de terrorismo; son tres ingredientes que transformaron genéticamente –y para siempre– a nuestra sociedad. Millones de mujeres y hombres ahora se dedican frenéticamente a toda suerte de actividad emprendedora, ganándose los frijoles con su trabajo y no con la dádiva del Estado, como todavía insiste en engañarle la izquierda. Y si ese Estado intentara arrebatarle su fuente de trabajo poniéndole trabas a la apertura de un negocio o, peor todavía, limitando la actividad privada para estatizar determinados campos de la producción y llenarlos de burocracia manipuladora de la ciudadanía mediante el suicida subsidio con fines electoreros –o de permanencia en el poder– entonces la autoridad se dará de bruces con un pueblo osado y resuelto que rechazará toda injerencia política alrededor de su territorio, de su coto privado.
Perú no es ni Cuba, Venezuela, Argentina, Ecuador ni Bolivia. Y dos veces no capan al gato, señores. En consecuencia sería bueno que el gobierno del presidente Ollanta Humala ponga de lado su retórica confusa, su politiquería perniciosa y se dedique de lleno a pro-mo-ver nuevamente esa actividad privada que le ha permitido a este país crecer y reducir la pobreza, como no lo ha logrado régimen socialista alguno.
FUENTE: DIARIO EXPRESO. http://www.expreso.com.pe/el-mundo-al-reves/basta-de-tonterias