Bastardos sin gloria - Q. Tarantino- 2009

Bastardos sin gloria se juega en cuatro nominaciones el próximo 17 de Enero para los Globos de oro: Mejor drama, mejor actor de reparto (Christoph Waltz),mejor director y mejor guión. Un film que el propio Tarantino admite haber empezado a idear mentalmente desde Pulp Fiction (1994) y a escribir aún antes de Kill Bill: Vol1 (2003) pero que ante la falta de un buen final fue quedando rezagado prácticamente una década. Finalmente y tras varios tropiezos en el casting-hemos perdido de ver por ejemplo a una Isabelle Huppert como Madame Mimieux o a Natassja Kinski como la mismísima Von Hammersmark- Quentin nos regala uno de sus films más arriesgados y singulares, aunque desde ya no el mejor, de su carrera.
Tarantino ha decidido jugar, jugar a que la historia fue otra y que apenas un puñado de hombres y una muchacha con sed de venganza fueron suficientes para acabar con los nazis y su dirigente. Si algo destaca esta vez son los diálogos, largo film lleno de disertaciones varias, monólogos lúcidos y personalidades en pugna. El sello Tarantino, no obstante, pervive en las escenas de acción- pocas pero eficaces, llenas de emoción.
El director plantea muy bien cada escena, algunos tintes de melodrama y un sinfín de vueltas que ponen de pelos al espectador. Es que este tipo Landa se las sabe todas- o casi todas- y los bastardos sudarán más de una gota gorda para poder cumplir su misión con éxito. Actuaciones eficaces de todos, aunque Pitt luce acartonado y demasiado payasesco por momentos, contracara ideal de otro figurín del reparto, un Hitler caricaturezco y verdaderamente patético. Tarantino a decidido, sin lugar a dudas, poner sus cartas al personaje de Hans Landa, un Coronel frío, analítico y bastante cínico que se proclama con orgullo "el cazador de judíos".
Muy buena fotografía, escenas osadas y que quedan en la memoria, esas que seguramente enlistarán varios cinéfilos como preferidas en la historia del cine, climas bien logrados y una duración que se justifica en el regodeo del director por aportar la mayor cantidad de diálogos posibles para pintar de cuerpo entero a sus protagonistas. Agonía quizá para muchos espectadores que quieren ver a un Tarantino más activo y preciso a la hora de narrar.
¿Lo divergente en la filmografía Tarantino?: una banda de sonido que a quien escribe le sonó algo discordante con lo que contaba, aun cuando Morricone anduvo detrás de varias escenas. Un detalle no menor a la hora de crear climas.
Si de estatuillas hablamos, seguramente tendrá una alta posibilidad en la categoría de actor de reparto teniendo en cuenta que el resto de las categorías presenta fuertes contendientes. Un film para nada menor, gran satisfacción para los fanáticos del director y ciertamente un juego divertido para el espectador promedio.

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