Revista Diario

Batido de enero

Publicado el 31 enero 2012 por Desdece
Comencé este año quedándome a dormir en casa de mis papás, sin mi compañero. Esa madrugada salimos hacia la costa. Mi compañero se quedaba en casa porque días más tarde él emprendía una viaje de trabajo, por un mes.
Estuve con mi cachorro en la playa, junto a mis papás. Verlo disfrutar de la arena y del agua fue algo fantástico. También lo fue que pudiera relacionarse más con sus abuelos. La verdad es que mis papás se portaron super bien, entendiendome y cuidandonos a los dos sin exigencias. Por mi parte intenté relajarme todo lo que pude, pero no fue mucho. La gran locura fue hacer que los pañales se secaran para tener siempre y evitar comprar descartables (soy cabeza dura con esto, sisisisisi). Con mi mamá nos turnabamos para lavarlos a mano y los poníamos a secar en mil lugares. Ganó nuestro ingenio porque lo logramos! Extendí quedarme con ellos para poder darme un gusto, y una noche me fui solita al teatro a verlo a Alfredo Casero en su show. Fue loquisimo estar sola de noche, haciendo algo que me gusta y sentir la libertad de poder hacerlo, sabiendo que el cachorro estaba seguro durmiendo al cuidado de los abuelos.
Luego me volví a casa, para estar unos días acá, con nuestras cosas, nuestra rutina. Como el cachorro ligó una piletita de regalo soportamos muy bien el calor. Pero la ausencia de mi par se hizo notar, y yo, nuevamente intenté descansar y no lo logré.
La semana siguiente partimos hacia donde estaba trabajando mi compañero. Ahí vivimos mil cosas juntos, los tres y también yo con el cachorro. De la alegría extrema que le generó dormir en carpa sobre los colchones inflados, hasta las risotadas en medio de una tormenta del desierto de aquellas, pasando por los baños en olla, sus siestas en cajón de campaña y tantas cosas. Me alegró mucho encontrarlo siempre de buen ánimo, con una sonrisa hacia todo aquel que se le acercara, sin dramas. Creo que esta semana fue cuando más relajados estuvimos los dos, incluso con todos los idas y vueltas acompañando a mi compañero de compras, de entregas, de reuniones y de campaña, llenos de tierra. El tema de los pañales de nuevo fue algo que tuve que controlar, pero no tuvimos mayores inconvenientes. Nuevamente evite y logré no usar descartables. Yo esta semana la disfrute, saqué fotos, me relajé viendo el cielo estrellado, el horizonte infinito, los olores de la estepa... me encantó haber ido. Como broche de esta escapada, nuestro ultimo almuerzo juntos nos encontró en un restoran en donde además de nosotros estaban los integrantes de La Vela Puerca, un lujazo!
Y ahora estoy acá, ultimos días del mes que se acaba sola. Con muchas ganas de descansar de verdad y miles de cosas atrasadisimas por hacer. En todo este tiempo pensé y valoricé mucho todo lo que mi compañero hace a diario, la ayuda que pone para que la casa no pase de quilombo a delirio de desorden entre el cachorro, los tres perros, los peces, las plantas, la tortuga y la gata, además de nosotros mismos. Sí, me hizo falta la pareja, el compañero. Es duro estar sola y hacer todo.
Quizás todo lo entrecortado del mes me cansó de más, sin embargo creo que si me hubiera quedado de corrido sola en casa todo el mes ahora estaría aullando de angustia y desesperación por intentar mantener todo yo sola. Y creo que también es super bueno rescatar algo que surgió justo cuando nos ibamos a ver a mi compañero. Toda esta red virtual que está tejiéndose detrás de estas palabras que yo pienso, escribo y ustedes leen, que están dispuestas a organizarse y hacerme el aguante. Aunque este mes no logramos acordar un encuentro, quiero decirles que me fue muy valioso y aliviador escuchar sus propuestas de juntarnos. GRACIAS!
Bueno, así termina mi alocado enero. . Muy de madrugada, intentando terminar un trabajo que debo desde que nació mi cachorro y haciendo cualquier otra cosa... mi cabeza sigue siendo una batidora, quizas en algun momento pare, quizás no. Pero mi enero batido ya pasó y volvemos a estar los tres juntos.

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