Clarissa Pinkola Estés en su obra Mujeres que corren con lobos, relata con detalle este inusual encuentro de Diosas y nos deja una interesante reflexión sobre el poder sanador de la risa, esa que viene de las tripas actuando como analgésico para cualquier dolor igualmente profundo, así mismo destaca algo que todas las mujeres sabemos intuitivamente y es que cuando nos encontramos entre risas y bailes sanamos el alma.
Simbólicamente nos acercamos a un tiempo de renacimiento, es tiempo de dejar el dolor atrás. Baubo nos enseña que reír y bailar pueden ayudarnos a levantar los ánimos y el necesario contacto con el propio cuerpo que es también un templo sagrado. Alienta a las mujeres a hablar desde la vulva que significa, hablar desde lo más profundo y auténtico de nuestro ser, ver con los pezones, es decir, prestar atención a los cambios sutiles que ocurren a nuestro alrededor todo el tiempo. En la actualidad sabemos gracias a la ciencia que la producción de endorfinas (hormonas de la alegría) se logra mediante acciones placenteras como reír a carcajadas, realizar ejercicios físicos, bailar o mantener relaciones sexuales satisfactorias. Entonces encontramos que desde un punto de vista contemporáneo Baubo es una antigua promotora de la Salud Mental, su terapia de sanación consiste en reír y bailar, actividades gratuitas pero con una alta rentabilidad para la salud.
Podemos apreciar que el retorno de la primavera hace ya muchos años tuvo su trámite previo, entre los griegos no puede faltar el melodrama, las enseñanzas que dejaron las Diosas Baubo y Deméter pueden servirnos en la actualidad si conectamos con los ciclos de la naturaleza, como la tierra que empieza a convertirse en un paraíso verde, todo comienza a despertar de una larga hibernación. Es tiempo de alegría y de romance. La vida reinicia su ciclo con la fuerza vital que viene del vientre llamando a la fertilidad.