Debuta Serrano en la literatura con una obra que rompe todos los moldes de la literatura actual y que confirma que estamos ante una autora distinta a todas.
Es la protagonista de la obra el fiel reflejo de un alto porcentaje de los que trabajamos por cuenta ajena o propia. En lugar de presentarnos a la clásica heroína empoderada que sale a flote, se prefiere realizar un cruel dibujo de la realidad y de cómo nos sentimos cada día.
No hay diálogos para rellenar páginas, tampoco ningún tipo de guiño a la literatura de usar y tirar que nos invade. La prosa está prácticamente sin lijar, sin aditivos y sin nada que pueda hacerte pensar que te están vendiendo un libro al peso en el que el 80 % de las páginas no sirven para nada.
El estilo periodístico, mezclado con unas descripciones que no necesitan de una prolija adjetivación, impera en una obra que no quieres que se termine y que mantiene tu atención hasta el final. Pasará inadvertida para muchos, pero podría ser la novela del año. Atrévete.