Las Bebetecas son un edén sensorial para los niños. Estoy segura de que ninguno puede resistirse al poder de los estímulos que allí encuentran.
Pero no nos engañemos… las bebetecas nos molan a los padres lectores que llevamos ilusionados a nuestros hijos a sumergirse en un ambiente de ENCANTO y CUENTO. Y es ahí cuando nuestros hijos empiezan a descubrirlo por sí mismos.
Así es… un condicionamiento más de los muchos que establecemos los padres. Dicen que si quieres que tus hijos hagan algo deberemos hacerlo nosotros primero, ¿no?
Aquí os conté algunos de los trucos que uso para iniciar la pasión por la lectura cuando son pequeños.
Son espacios dedicados mucho más que al préstamo de libros. Son espacios dedicados a la pequeña infancia, a crear un ambiente lleno de estímulos, donde no necesitas hablar para establecer vínculos afectivos utilizando como medio los libros, aquellos especialmente elegidos para los pequeños lectores. Cuentacuentos, comunidad, y muchos libros para las mentes más curiosas de cada casa, para las imaginaciones más soñadoras…
¿Cuándo pueden empezar nuestros hijos a disfrutar de la lectura? En cuanto pueden hacer uso de sus sentidos.
¿Los pueden tocar? ¿Los pueden observar? Entonces están preparados. Siendo pequeñitos tampoco comprenden cuando les hablamos, pero sí aprenden a reconocer los símbolos de nuestros gestos faciales y corporales, de nuestra voz, de nuestro cariño… y se relacionan con nosotros, ¿verdad? Pues lo mismo ocurre con los libros. Ellos se entienden .
A través de los libros se les acerca el Gran Mundo a sus mentes inquietas. No creo que haya nada más plástico que el cerebro de un niño a la hora de recibir los estímulos sensoriales. ¡Y veréis cómo muestran preferencias desde bien temprano por unos libros u otros!
El lenguaje será uno de los primeros beneficiados del contacto de los niños con los libros. Sin duda lo creo. Porque si les lees en voz alta creo que sienten la necesidad de imitarte, de comunicarse igualmente contigo…
Pero no solo es el efecto imitación de la lectura, ¡es el despertar de los sentidos a través de los libros!: se tocan, se observan, se escuchan, se interpretan… Probablemente esta última tarde que estuvimos ha sido la mejor: una hora escuchándola parlotear asombrada en cada movimiento, en cada rincón, en cada libro o peluche, en cada color… Vinieron varias veces a ver quién era aquella vocecita que repetía “epato” una y otra vez; pero por muchas imágenes que os haya compartido, lo mejor fue verla disfrutar a través de su voz.
Disfruto viendo a Mini moviéndose de un lado a otro, sintiéndose libre para tocar, buscar, mirar… (sí, no pararán, pero los bibliotecarios son muy comprensivos si el comportamiento es bueno aunque no puedan ahogar las palabras por tanto asombro que sienten)
Si tenéis la posibilidad, descubrid el efecto que provocan en vuestros pequeños. Yo suelo aprovechar para ver los libros que ella coge (y otros por mi cuenta); los saco en préstamo para leer en casa; hago fichas para recordarlos y volverlos a sacar más adelante… ¡Y disfruto de tantas y tan buenas ilustraciones!
¿Disfrutáis con vuestros hijos de las bebetecas? ¿Habéis encontrado la magia que reside en ellas? ¿Cómo se sienten vuestros hijos allí?