Soderbergh ha querido darle un volantazo a su carrera como cineasta y vaya si lo ha logrado. La década de la extensa biografía de Liberace que narra en la película nos sirve para deleitarnos con las magnificas interpretaciones de Michael Douglas y Matt Damon en una película que ha sido considerada "demasiado gay" en Estados Unidos. Por eso no se estrenará en los cines y por eso le han robado un Oscar a los tres citados.
Liberace era el amo de Las Vegas. Su escenografía barroca era única y su forma de tocar el piano también. Es precisamente ese exceso lo que conquistó a Scott Thorson en cuyo libro, que narra su relación con el artista entre el 77 y el 86, se basa el guionista de la película. Thorson sigue vivo y ha aceptado la película y las actuaciones antedichas.
El personaje del artista es magnífico y eso provoca que primero se nos pinte como una especie de doctor Frankenstein aunque el final, con una escena para la historia, es bastante sorprendente. Enorme película para adentrarse más, o conocer, la gran carrera de un músico irrepetible.