Primero, me presento como usuaria.
En general, en la vida, soy bastante cuidadosa de la salud y el medio ambiente. No tomo una aspirina por cualquier cosa, reciclo todo lo que puedo, apuesto a la alimentación orgánica, apoyo toda iniciativa empresarial amigable con el medio ambiente, compro, participo, difundo. Mi límite es que todavía consumo carne, y ya no sueño tanto con un mundo sin dinero, sino con un mundo en el que haya una más equitativa distribución de posibilidades. En lo que se refiere a los cosméticos y productos de belleza en general, sin embargo, durante muchos años tuve una postura menos consciente. En la adolescencia, usaba maquillajes malísimos, de los que se compran en la calle, y sacan sarpullido… Cremas de limpieza, hidratantes, protectores solares y demás, recién empecé a usar después de los treinta. Cuando empecé a ganar dinero con mi trabajo, y empecé a elegir mejor, mis marcas preferidas eran Marta Harff, que lamentablemente ya no existe, y VM Beauty (Valeria Massa), que antes se conseguía en todos los shoppings. Usaba estos productos por el aroma, las texturas, pero realmente no podría decir en este momento nada bueno ni malo, porque nunca me interioricé sobre sus ingredientes ni proceso. Es más, nunca me pregunté si experimentaban o no con animales.Es raro, porque esta actitud que intento tener con los productos de limpieza hogareña, los alimentos, los envases, y todo lo demás, recién la tuve respecto de la cosmética personal desde que me convertí en consumidora, y luego consultora, de Natura Cosméticos. A lo mejor por eso me enganché con esta marca. ¡Aunque no es la única que uso, ni creo que sea lo más perfecto del mundo, eh! Sí claramente es mi preferida.
Algunos términos necesarios
Rápidamente, voy a tratar de poner en claro algunas palabritas que usamos livianamente. Un producto es natural si sus componentes provienen de la naturaleza, y en lo posible con poco procesamiento. Natural no es lo mismo que inocuo. Tampoco es exactamente lo mismo un alimento natural que un ingredientenatural (hablamos de cosméticos, por ejemplo, en este caso es válida la definición de natural mencionada, y se puede hablar de un producto con tal o cual porcentaje de ingredientes naturales). Un producto orgánico es básicamente aquel cuya producción no requirió de fertilizantes, herbicidas, antibióticos, ni ningún químico sintético, aunque también requiere la exigencia de otros parámetros, como no provenir de semillas transgénicas. En la mayoría de los casos, un producto orgánico tiene más y mejores propiedades saludables que uno convencional. También, claro, sus requerimientos de producción suelen hacer que resulten más onerosos. Según la denominación que se use, suelen usarse como sinónimos de cosméticos naturales u orgánicos, las palabras biológico o ecológico, aunque no es del todo correcto. La idea de ecológico, por su parte, hace referencia a algo amigable con el medio ambiente. Es ecológico reciclar, reutilizar, dañar lo menos posible. Finalmente, podemos hablar de sostenibilidad, o sustentabilidad. Es lo ecológico llevado a una dimensión más integral, que incluye lo social y lo económico. Algo sano, justo, incluyente, que favorezca el desarrollo, que sea responsable y consciente. También se refiere a que se sostenga sin agotar los recursos. Personalmente, opino que a diferencia de los anteriores, el término sustentable no es tanto un estado, sino un proceso: algo es o no orgánico, pero puede ser más o menos sustentable. Lo que más me gusta del concepto de sustentabilidad, justamente, es esta idea de perfectibilidad. Aclaración: el acuerdo básico sobre estas definiciones, proviene del consenso dentro de organismos internacionales tales como OMS (Organización Mundial de la Salud) y FAO (Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), aunque hay organismos certificadores, y legislaciones específicas, que son más puntuales.
Consumo consciente
A veces simplificamos las cosas, y justamente lo que propongo, y aplico como usuaria, es problematizar el consumo (en el sentido de ponerlo sobre la mesa y cuestionarlo, interrogarlo). Me gustó la definición de Pablito Martín, de alimentación consciente, para hacerla extensiva al consumo de otros productos, tales como los de belleza e higiene. Tiene que ver con esto de preguntarnos qué consumimos. Por ejemplo, yo no consumo ningún maquillaje que se haya experimentado en animales. No lo necesito, no me cambia nada. Tampoco aquellos que para ser producidos requieren de la depredación de bosques o cualquier ecosistema. Trato de usar productos saludables, por eso nunca jamás me haría un alisado químico (aunque me de un poquitillo de envidia el resultado que se logra, je je). Hace unos años, a raíz de cierto tratamiento médico, mi doctor me comentó lo malos que son los esmaltes de uñas, y dejé de usarlos por completo. Ahora, en realidad, estoy leyendo que hay algunos esmaltes menos nocivos, tal vez me decida a probarlos. No realizo casi nada de tratamientos cosméticos fabricados en casa, simplemente porque soy poco constante, es más lo que desperdicio por su rápida caducidad, que otra cosa. Sí uso aloe vera directamente de la planta, y algunos cosméticos bastante naturales cuyo ingrediente principal es la rosa mosqueta, ya que en mi zona hay muchísima, y por lo tanto varias pequeñas fábricas familiares los producen. Escucho a mi piel: si se irrita, si me da alergia… bueno, a la basura, no importa qué tan buena prensa tenga ese cosmético.Hay una sola cosa en la que me permitiría usar lo que sea, lo que me sirva, sin preocuparme por nada más: ¡la caída del cabello! Se me cae un montón, así que pruebo todo lo que me ofrecen, desde natural hasta totalmente químico… ¡porque quiero que no se me caiga más, y punto! O sea, que siguiendo a Pablito Martín, los productos contra la alopecia femenina serían como mi plato de carne, ja ja.
¿Ustedes qué opinan? ¿qué tipo de productos usan? ¿Cuáles son sus marcas preferidas, y por qué las eligen? ¿Cuánto están dispuestos a gastar por un producto de calidad? ¿Se identificaron con algo de lo que pienso, o nada que ver? ¡Me encantaría saber qué piensan!