Belleza robada es una película dirigida por Bernardo Bertolucci en 1996 .En ella Liv Tyler interpreta a una joven americana de diecinueve años llamada Lucy Harmon.
Tras el suicidio de su madre, una poetisa famosa, Lucy decide marcharse a pasar el verano a la Toscana a casa de unos amigos artistas de esta. Ya había estado allí hacia cuatro años y guardaba muy buenos recuerdos de aquellas vacaciones pues en ellas experimentó su primer amor y su primer beso en los labios. La joven se convierte en el centro de atención sin proponérselo, se ha convertido en una mujer realmente bonita y a pesar de ser virgen, irradia sensualidad por los cuatro costados. Lucy pasa los tranquilos días en la Toscana escribiendo en su diario, investigando la identidad de su verdadero padre (guardada con celo por su madre durante toda su vida) e ilusionada con la posibilidad de hacer el amor por primera vez con el chico con el que había experimentado su primer beso. Mientras tanto, entabla una preciosa amistad con Alex Parrish, interpretado por Jeremy Irons, un escritor cincuentón y moribundo con el que comparte la afición por el hachís y la literatura, que no puede evitar enamorarse de ella.
Supongo que por mi debilidad por los hombres mayores, melancólicos y atormentados, Alex Parrish es un personaje que me pareció sumamente entrañable, me enamoró desde el primer momento. Por su parte, Lucy, es adictiva. Desprende erotismo y belleza por cada poro de su piel, es imposible no sentirte atraido por ella. La química existente entre Liv Tyler y Jeremy Irons corta la respiración, sus escenas son apasionantes, sensuales, perturbadoras.Aunque no llega a producirse ni un solo beso entre los dos, los planos que comparten te atrapan de manera hipnótica. Únicamente por los minutos en que aparecen juntos en pantalla merecen la pena las dos horas de película. Las demás tramas y personajes, quizás debido a la intensidad con la que les percibo a ellos, me parecen un mero acompañamiento y relleno, correcto y con esa encanto especial que transmite todo el film, pero relleno al fin y al cabo.
Creo que es una película que tenía que recomendar. Las personas que no disfrutan demasiado de este mundo lolitesco, pueden recrearse en la fotografía que realza aún más si cabe la belleza de los paisajes toscanos y en la banda sonora, que, elegida con especial delicadeza , nos envuelve en una atmosfera intima y cálida. Además, la trama nos hace reflexionar sobre temas tan importantes como el amor, el despertar sexual, la perdida de la inocencia, la familia… Los loliadictos, casi con total seguridad, se enamoraran hasta las trancas del encantador Alex Parrish y disfrutaran de manera casi orgásmica de la bella, sensual y joven Lucy.