DÍA 1
Llegamos en avión desde la Selva Negra en un vuelo nacional bastante barato. Lo primero que hicimos fue ir al
hotel NH Berlin Frankfurter Allee. http://www.tripadvisor.es/Hotel_Review-g187323-d230440-Reviews-NH_Berlin_Frankfurter_Allee-Berlin.html
El hotel estaba muy bien, un edificio grande y moderno. La zona no era muy céntrica, pero a menos de diez minutos teníamos una parada de metro. El personal del hotel no era muy simpático y no hablaban nada de español. No cogimos la opción del desayuno puesto que eran 15 euros por persona. Demasiado caro. Así que optaríamos por desayunar en alguna de las cafeterías que había cerca de la parada del metro.
Como ya era tarde nos fuimos a cenar. Estuvimos dando una vuelta pero pronto nos dimos cuenta que por allí no habían muchas opciones de bares o restaurantes. La verdad es que de noche era una zona algo solitaria y sin mucha animación. Al final optamos por ir a una pizzería llamada "
Il mondo".
http://www.qype.com/place/1114480-Il-Mondo-Berlin Cenamos muy bien por 27 euros tres personas. Genial.
DÍA 2
De buena mañana nos fuimos a desayunar a una cafetería por la zona del metro. De camino me estuve fijando en los edificios. Grandes bloques, todos iguales. Se notaba que estábamos en en antiguo Berlín oriental puesto que todo era como muy austero recordando el antiguo estilo comunista.
Cogimos el metro y nos fuimos a ver uno de los monumentos más célebres de Berlín y que fue uno de los símbolos de la reunificación alemana, la
Puerta de Brandemburgo. Me decepcionó un poco porque yo me esperaba algo mucho más espectacular. Pero no fue así. En mi opinión, la Puerta de Alcalá es mucho más bonita.
Después de dar una vuelta rápida por la
Pariser Platz nos unimos al
Sandemans New Berlin Tour http://www.newberlintours.com/es/tours-diarios.html (los de la camiseta roja). Una visita guiada a pie de más de tres horas por los lugares más destacados de Berlín. Y lo más interesante, no tienes que pagar un precio establecido, tú pagas lo que consideras. Vamos, la voluntad. http://www.newberlintours.com/public/Maps/BER_map.pdf
Éramos muchos los españoles congregados allí así que nos dividieron en varios grupos para que pudiésemos aprovechar mejor la visita y escuchar mejor las explicaciones.
Éste fue el recorrido que hicimos:
- Pariser Platz
- Puerta de Bandenburgo
- El Reichstag (Edificio del Parlamento)
- Memorial conmemorativo a los Judíos Asesinados de Europa
- Historia del Búnker de Hitler
- Luftwaffe HQ
- The 17. June Memorial
- El Muro de Berlin
- Ex Cuarteles de la SS
- Checkpoint Charlie
- El Mercado de los Gendarmes (Gendarmenmarkt)
- Bebelplatz
- Neue Wache
- Torre de TV
- Isla de los Museos
El recorrido lo empezamos a las 11 de la mañana y lo terminamos casi a las 3 de la tarde. Sobre las 13:45 hicimos una parada un bar-cafetería para comer.
Hacer un resumen de todas las explicaciones y de todo los que vimos es difícil pero lo intentaré. Una de las cosas que me hizo mucha ilusión fue pasar por la
Friedrichtrasse, que es dónde está la estafeta de correos que buscan desesperadamente
Paul Newman y
Julie Andrews en una de mis películas favoritas "
La cortina rasgada" de Hitchcock. Por cierto, yo no fui capaz de
encontrar dicha estafeta... Otra cosa que me llamó la atención fue que no había ni el más minimo atisbo de lo que fue el
Bunker de Hitler. Durante los años 90 se decidió construir apartamentos y se clausuró el
Führerbunker. Aunque según unas pruebas realizadas con ondas sónicas, varias habitaciones podrían encontrarse intactas debajo de 3 metros de hormigón.
Una zona curiosa de la ruta fue el
Checkpoint Charlie. Una de las fronteras a través de la que los ciudadanos podían moverse entre las dos alemanias durante la época de la guerra fría. Todo ésto gracias al alcalde del Berlín Occidental, el cual consiguió que sus ciudadanos pudieran atravesar el muro y visitar la parte oriental ,con algunas restricciones. Antes de cruzar toda la gente se encontraba con el cartel que advertía :
“Está abandonando el sector americano”. Imposible de no acordarse de la película de
Billy Wilder, "Uno, dos, tres". Por cierto, Charlie viene de la tercera letra C del alfabeto fonético de la Otan.
En el Unter den Linden, nos explicaron que fue el lugar donde los nazis vaciaron la biblioteca de la Universidad de Humboldt y quemaron todos los libros en la plaza Bebelplatz. Allí pudimos ver un pequeño cristal en el suelo que cubre una de las bibliotecas subterráneas en la que sus estanterías están vacías. Es una forma de recordar este hecho atroz. Al lado hay una placa donde reza "Allí donde ardan libros, acabará por arder el pueblo" (Heinrich Heine). Realmente sobrecogedor.
La valoración general de la ruta fue muy positiva. La guía era muy profesional, tenía muchos conocimientos sobre la ciudad y su historia. Me gustó mucho el final del recorrido, cuando nos sentó en el césped, delante de la catedral y nos contó cómo sucedieron los hechos en lo referente a la caída del muro. La conclusión que saqué después de escuchar todas las historias y anecdotas que contó fue que esta ciudad ha sabido mirar hacia delante después de todo lo que ha pasado y ha sabido llevar muy bien su memória histórica. Creo que es un ejemplo a seguir. Recomiendo a todos los que visitéis esta ciudad que hagáis este tour.
Como habíamos acabado cerca de la
Isla de los Museos decidimos ir al
Pérgamo ya que era buena hora. http://www.smb.museum/smb/standorte/index.php?lang=en&objID=27&p=2 La entrada nos costó 12 euros con audioguía. Incluye tres museos en uno:
la Colección de antigüedades clásicas, el
Museo del Antiguo Oriente Próximo, y el Museo de Arte Islámico.Lo más espectacular, sin duda , el
Altar de Pérgamo. Un edificio enorme dde 2000 años que ocupa la primera sala del museo. También merecen mucho la pena, las estatuas helenísticas, la
puerta de la entrada del Mercado romano de Mileto, la
Puerta de Ishtar de Babilonia y el
salón Aleppo. En general me gustó mucho, pero fue una pena que hiciera tantísimo calor en su interior. Quizá se les rompió ese día el aire acondicionado... En definitiva, visita obligada.
Al salir nos fuimos a
Alexander Platz, una de las plazas favoritas de los berlines. Desde el primer instante dio la impresión de ser un lugar donde la gente aprovechaba para manifestarse, ya que vimos varios grupos haciendolo. Luego nos explicaron que una de las manifestaciones más importantes fue la protesta del
4 de noviembre de 1989.
Ese día, medio millón de personas se manifestaron contra el régimen
comunista. Cinco días después, el
9 de noviembre, el gobierno anunció, por fin, la
libertad para cruzar el Muro. Qué gran momento para la historia de esta ciudad y del mundo.
En esta gran plaza está el
Park Inn Hotel Berlín, el edificio más alto de la ciudad, y el
Reloj Mundial, una gran estructura de metal que
rota permanentemente y muestra la hora de todo el mundo. Aprovechando la gran cantidad de cafeterías que había y el ambiente animado nos tomamos un refresco en una de las terrazas.
Después de nuestro breve descanso decidimos, puesto que estaba justo al lado, ir a visitar el
Fernsehturm, la
torre de televisión de Berlín. Esta torre fue construída en 1969 por la exinta RDA y en seguida se convirtió en el símbolo del Berlín oriental. Con 368 metros es el cuarto edificio más alto de Europa. En su cúspide hay un mirador y un restaurante que gira 360º cada media hora.
La cola para subier era larguísima y puesto que estábamos tan cansadas por nuestra ruta mañanera decidimos no subir y regresar al hotel.
DÍA 3
Este día nos levantamos algo tarde porque nuestro cuerpo estaba molido. Desayunamos en una cafetería de un centro comercial muy cercano al hotel.
De camino le hice una foto a el
Ampelmännchen, el simpático hombrecillo con sombrero que aparece en los semáforos berlineses. Cuando está en rojo el hombrecillo está quieto con los brazos
extendidos y cuando está el verde la silueta cambia y simila que está andando. Este diseño, ideado por un psicólogo del Berlín Oriental, tenía como finalidad facilitarles las cosas a aquellas personas que eran incapaces de distinguir determinados colores. Después de la reunificación alemana este simpático hombrecillo siguió formando parte de los semáforos y actualmente se ha convertido en todo un símbolo de la ciudad.
Volvimos a bajar en la parada del metro de Pariser Platz para ver con más detenimiento el
Hotel Adlon (el que se hizo famoso por aquella aparición de
Michael Jackson enseñando peligrosamente por la ventana a su hijo tapado con una servilleta), también volvimos a pasar por la Puerta de
Brandemburgo (nos hacía ilusión). Luego nos fuimos dirección al
Reichstag, el Parlamento Alemán. Hicimos una cola de aproximadamente una hora para entrar, mientras tanto pudimos admirar la magestuosidad de este edificio con aspecto clásico coronado por la impresionate cúpula de
Norman Foster. El Parlamento fue destruído durante la Segunda
Guerra Mundial y después de un intenso debate, fue reconstruído en 1956 (menos la cúpula).
Cuando entramos pasamos un control de seguridad y luego tomamos un ascensor que nos llevó a la zona de la gran cúpula de cristal desde la que se puede ver la
Sala de Plenos del Parlamento. Es una manera de mostrar que el pueblo, desde arriba, puede ver que todos los asuntos del Parlamento son tratados con transparencia.
La verdad es que el edificio es espectacular. Arriba nos compramos un delicioso
pretzel que nos mitigó un poco el hambre de media mañana. Además pudimos disfrutar de unas vistas magnífas de la ciudad. Sin duda es de visita obligada.
Al salir nos fuimos a comer a un buffé muy cercano al Parlamento. Y de paso aprovechamos para visitar las tiendas de souvenires de la zona. Luego fuimos a visitar el
Monumento a los Judíos de
Vista aérea del monumento. Foto wikipedia.
Europa asesinados ( Denkmal für die ermordeten Juden Europas - Holocaust-Mahnmal) el cual vimos de pasada el día anterior, cuando hicimos la ruta guiada. Este monumento lo forman 2711 losas de hormigón dispuestas de diversas formas sobre una extensión de 19 000 metros cuadrados.
Dichos bloques están perfectamente alineados pero al estar en un terreno que no es llano consigue crear una sensación de laberinto un tanto agobiante. Pero imagino que a cada persona le trasmitirá una sensación distinta.
También fuimos al museo que se encuentra en el subsuelo en el que están los nombres de todos los judíos asesinados durante el holocausto y en el que además se detalla todas las calamidades por las que estas pobres personas tuvieron que pasar hasta su trágico final. Hay diversos paneles (en varios idiomas) donde se ven las fotos de diversas familias y la suerte que corrió cada uno de ellos. Recuerdo que me
impactó mucho leer una carta que escribió una señora francesa a su hija desde una especie de gheto en el que se encontraba. En ella le decía que buscara a su padre y a sus hermanos a ver si estaban aún con vida, que la quería mucho y que esperaba que
Dios la protegiera ya que a ella se la llevaban y no volvería a verla jamás. Desgraciadamente así fue. Juento a la salida hay una pequeña librería donde se pueden encontrar gran variedad de libros sobre el Holocausto, los judíos y muchas ediciones y versiones del "Diario de Anna Frank".
Para reponernos un poco después de la tristeza que provoca visitar este museo nos fuimos a visitar
Postdamer Platz donde vimos otra vez parte del Muro ya que esta plaza fue partida en dos durante la
época que se hallaba en pie. Algo curioso de esta plaza es que en ella se instaló en primer semáforo de toda Europa, el cual funcionaba manualmente. Otra aspecto que llama la atención es que en esta plaza se mezclan los edificios más modernos junto con los
restos de otros que fueron casi destruídos durante la II Guerra Mundial. Junto esta plaza visitamos el
Sony Center el cual se caracteriza por su cúpula de acero y cristal que se ilumina con luces de colores. Bajo esta espectacular estructura vimos un sin fin de bares y restaurantes. Vamos, un lugar ideal para pasar la tarde del sábado. La verdad es que cuando ves estos edificios te das cuenta que Berlín es, sin duda, una ciudad llena de contrastes.
Seguimos con la búsqueda de grandes construcciones y nos fuimos a ver el
Dom Aquaree en el
Radisson Sas Hotel Berlin.
http://www.tripadvisor.es/Hotel_Review-g187323-d202459-Reviews-Radisson_Blu_Hotel_Berlin-Berlin.html La peculiaridad de este hotel es que en su hall tiene un
acuario cilíndrico de 25
metros de altura , con más
de un millón de litros de agua salada. En su interior viven más de 2000 peces de
distintos tipos que se pueden
ver desde los pasillos y las habitaciones. Aviso a navegantes, está algo difícil de encontrar pero merce la pena la búsqueda. Más o menos lo encontraréis en la orilla del río Spree, enfrente de la Catedral de Berlín y Isla de los Museos.
Al salir fuimos a la tienda oficial del
Ampelmännchen . Visita obligada para superfans del simpático hombrecillo del semáforo. Me encantó.
Por la noche estuvimos viendo la torre de televisión iluminada y regresamos a nuestro barrio. Para variar, volvimos a cenar en nuestra pizzería.Ya érmos como de la familia.
DÍA 4
Por la mañana volvimos al centro para ver la
catedral (Berliner Dom). Éste espectacular templo neobarroco, sede de la iglesia Evangélica, se encuentra situada delante del jardín
Lustgarten y junto a río
Spree. Fue contruída entre finales del siglo XIX y principios del XX aunque duró poco ya que durante la II G.M. una bomba destruyó la cúpula y parte de su interior. Afortunadamente, y después de varios años de recontrucción hoy en día se puede disfrutar de este edificio en todo su esplendor. La entrada costaba 7 euros pero, no se cómo y sin quererlo, entramos gratis.
A la salida estuvimos paseando por la plaza ajardinada que hay justo al lado, donde vimos
la Iglesia Marienkirche,
la Fuente de Neptuno y
el Ayuntamiento Rojo (el nombre viene dado por el ladrillo del que está hecho). También vimos el
monumento Marx Engels Forum dedicado a los fundadores del movimiento comunista que fue levantado por las autoridades de la RDA en el
año 1986.
Dejamos esta zona y nos fuimos a la calle
Oranienburger Straße para ver la
Nueva Sinagoga de Berlín http://www.cjudaicum.de/en
Allí vimos la exposición permanente donde se muestra la historia del edificio y de la vida relacionada con el mismo. Muy bonita, pero es una visita prescindible. Además me sorprendió el exhaustivo control de seguridad que tuvimos que pasar para entrar.
Justo en el misma calle vimos el
Tacheless el mayor y más turistico centro
okupa de toda la ciudad. En su día fue unos grandes almacenes comerciales que después de su cierre estuvo abandonado durante varias décadas, hasta que en
los 90
nació este centro cultural alternativo.
En sus cinco plantas se pueden encontrar numerosos
talleres y galerías de arte, bares de con una
atmósfera "diferente", música en directo e incluso una sala de cine.
El lugar resulta, por lo menos, curioso. Comimos unos bocatas en el bar que hay en patio de atrás. Bien de precio y un lugar tranquilo para descansar. Eso sí, el edificio en su interior necesita alguna limpieza que otra. No se si cumple con una normativa mínima en salubridad.
Al caer la tarde nos fuimos
East Side Gallery (calle Mülhlen) para ver el mayor tramo del muro que aún sigue en pie. Este lugar también es conocido como
la mayor galería de arte al aire libre del mundo. En total 1,3 Km de graffitis, murales y pinturas realizados por todo tipo de artistas provinientes de todas partes del mundo donde plasmaron su sentimiento de protesta, intentando, con sus trazos y colores ridiculizar al odiado muro. Es el fruto de la euforia y la esperanza de libertad.
Una de las pinturas más representativas es
el Beso de hermanos entre
Breznev y Honecker.
Además de admirar estas históricas pinturas disfrutamos de un agradable paseo por lo la orilla del río Spree. Al fondo pudimos ver el bonito
puente
Oberbaumbrüke aún más anaranjado de lo habitual por los últimos rayos de la puesta de sol. Recomiendo su visita a este lugar ya que es un recorrido por la historia
de esta ciudad.
Acabamos nuestra visita y nuestro viaje casi en la otra punta, de la ciudad, en la zona de
Zoologischer Garten para ver la
Iglesia neorrománica Kaiser-Wilhelm-Gedächtniskirche. Ésta fue construida bajo el mandato del Káiser Guillermo II. En su día, no fue un edificio de especial
importancia hasta que quedó practicamente destrozado por las bombas de los ataques aliados durante la II Guerra Mundial. En los años 50 se planteó derruir lo que quedaba de ella pero debido a la rotunda disconformidad de los ciudadanos se tomó la decisión de crear un monumento conmemorativo con los restos de la iglesia como muestra de lo que no tienen que volver a ocurrir. La combinación del edificio antiguo y el moderno es bastante curiosa, pero sin duda de gran belleza. Conviene visitar este monumento de noche, ya que la luz del interior ilumina los cristales azules creando una atmósfera preciosa.
Más que por su belleza, Berlín es una ciudad que fascina por sus contrastes,
su arquitectura y su historia.