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Bianiversario de Varlania: Comillas y el Ángel de LLimona

Publicado el 25 marzo 2012 por Sosylos @sosylos
  Comillas es uno de esos lugares mágicos que te hechizan y envuelven desde que los acaricias con la mirada. Desde que tus pasos lo recorren al socaire de un ritmo dónde se funde el arte, la naturaleza, el mar, la gentilidad de sus gentes, el buen yantar, el romanticismo y la modernidad, la playa y la montaña.
   Es un lugar adecuado, sin duda. Gozo de la suerte de haber estado abrazado a ella. En diversas ocasiones, de pasear entre sus múltiples rincones. Bien sea volando la imaginación entre los cañones y el asedio desde un palacio lejano, siendo niño que desde la meseta en excursiones me traían. Bien respirando la riqueza de sus árboles y plantas en más excursiones, de adolescente ya esta vez. Bien jugando a atrapar la luna en el reflejo de sus playas mientras me sonríe algún que otro amor de la veintena, en el ínterim de músicas que enraizan hasta cotas tan profundas, cómo freáticos los niveles donde beben y adquieren su cordura, aquellos avezados jinetes del tiempo, que gustan de galopar sin lamentos por la meseta de Varlania.
   Quizá por ese encanto, quizá por el carácter de mar, fogón y lucha para que no nos arrebaten lo nuestro, Comillas ha sido ejemplo de valor y pleito para no asumir una carrera de privilegios sin medida, dónde el pueblo siempre sabe mantener a raya a quien no se comporta con el respeto que debe. Llega a dejar de acudir a la iglesia todo el pueblo en pleno siglo XVI aunque sufran de excomunión. No se amedrantan ni ceden y si quiere el Duque y el clero forjar la construcción de una nueva iglesia con piedra, que se dediquen a ello pero aquel lugar sagrado dónde les ultrajaron sus costumbres y principios básicos, no les sirve ni de techo para protegerse de la lluvia, sólo se acercarán a ella para aposentar sus restos, pues prometieron que no la pisarían y por su propio pie, no la atraviesan.
   A este lugar de sal y montaña, de mirada recia y piedra rosa-blanca se acercaban las ballenas a saludar a la espiritualidad de un lugar mágico. La playa y el puerto se hicieron eco de una profesión en la que no se puede dudar y dónde la naturaleza te pone y te da y de nada sirven los ruegos. Balleneros que entre aceites y carnes de ballenas alimentasteis a vuestras familias hasta que la codicia de patrones y negociadores esquilmaron vuestro sustento y os dejaron sardinas cómo pañuelos para seguir respirando la mar.

Bianiversario de Varlania: Comillas y el Ángel de LLimona

Baños de Ola.

  Y un año capicua, con dos ochos en el centro y una vela a estribor y otra a babor se acercó un rey con su corte y familia a postrar su real rodilla en vuestras arenas, a acariciar con las plantas de sus pies vuestras playas y humedales. Revuelo de gentes por doquier, delicados y caros vestidos entre el atusar de inacabables bigotes que se enrollaban para mostrar la riqueza y opulencia de una época dónde la electricidad, el golf y la capital del reino se instalaban entre las laderas de esas tres lomas dónde las niñas jugaban a la comba, esas curvas de sabia mujer, esas combas que los seres humanos os recorren la parte interna de los muslos para llegar de un lugar a otro, esas hileras pequeñitas desde arriba, son las que te dieron el nombre cumba, cumbillas, cumillas. Pues allí nadie cierra la "o" para pronunciar un fin de palabra.

Bianiversario de Varlania: Comillas y el Ángel de LLimona

Veraneo de Alfonso XIII en Comillas.


  Y fue en ese trajín dónde me darían vida. Entre aquellos ricos comerciantes, mezclados con nobles de la corte, aldeanos y plebeyos, más la llegada de indianos que regresaban con fortunas de las Américas, para plantar las semillas de sus palmeras que aún hoy adecenten jardines y casas solariegas. Los pudientes deseaban decorar las mansiones por dentro y por fuera, a la última moda de finales de aquel siglo XIX dónde el romanticismo, lo medieval y lo de ultratumba se fundían sin remedio con la llegaba de la fotografía, la electricidad, los coches y una sensación de progreso nunca alcanzada hasta ese momento en el universo.
  Quizá por que el ser humano busca en lo más profundo, misterioso, rencoroso y mezquino que lleva dentro, quizá por un ansia de doblegar lo que es imposible de dominar; quizá por un fervor religioso pocas veces contenido, quizá por un gusto por lo mitológico y bucólico de las Sagradas Escrituras. Lo cierto es que me trajeron a la vida con un cuerpo y rostro apolíneos, con una mirada huidiza y presto siempre a usar mi espada.
Vídeo Rincones de Cantabria: Comillas.


 Abbadon por los hebreos o Apollion por los griegos. Esos son mis nombres propios. Unos me otorgan el mando del ejército más temido de demonios, otros el de los más leales ángeles infiltrados. Anticristo incluso, para dar paso a Lucifer, o desde la luz acabar con Satán y las tinieblas. Esos son los atributos que me ha otorgado el ser humano, que nadie se queje cuando si se materializa, el Ser Supremo decida acabar antes o después con estos mundos, entonces sí que debería preocuparos y no ahora eso que llamáis crisis. No me doy por aludido cuando me llaman ángel exterminador y otorgo la misma perpleja cara que esbozaba mi padre-creador Josep LLimona cuando de repente, dejó de cincelar el mármol y yo estaba presto para ser colocado en lo más alto del cementerio de Comillas, en lo más alto de Varlania Tierra de leyenda.
Para darle la espalda a los barcos y que la sal y la bruma enfríen cada amanecer mi espalda. Para daros la cara, para saludaros con una bienvenida, para animaros a que os acerquéis y disfrutéis de una agradable estancia. Mi padre-creador hizo que mirase para siempre al oeste, a esa finis terrae que despide a la tierra y acoge a la brava noche de mar, dentro de una tormenta serena. Me acompañan las montañas de Picos de Europa y los árboles y bancos de un tibio parque de Salamanca que lleva por nombre Picasso y un sol de estepa que me hace lucir y desplegar mis alas para desentumecer la sal y orear mi ombligo de mañana.
Bianiversario de Varlania: Comillas y el Ángel de LLimona Para verlo ampliado pinchar en el siguiente enlace: Picasa Este mosaico está confeccionado a base de fotos de todos vosotros, los seguidores que tanto cariño habéis proporcionado con vuestras opiniones, comentarios, seguimiento, lectura y difusión a lo largo de las redes sociales. Mi agradecimiento ahora que Varlania cumple 2 años de vida es para todos, por haber hecho posible este espacio. Sois muchos y no tendría hueco para mencionaros a todos pero hay dos personas sin las que Varlania nunca se habría materializado por lo que Eva Barnés y David Mota gracias por vuestro apoyo y ánimos para que pudiese dar comienzo a ésta pequeña pero apasionante aventura. A todos los demás, sabéis que aquí tenéis un lugar que es vuestro. si pincháis en él podéis ampliar la imagen y reconocer la foto de vuestro avatar en ella.
 Yo soy el que os mira y el que os da las gracias, por haber conseguido crear de la nada este espacio y pasar de vez en cuando a echar un vistazo. Yo no tengo más remedio que seguir aquí desde lo alto, pero vosotros habéis elegido acercaros a este rincón, contagiaros, a pesar de las locuras que por aquí se comentan y hacer posible que siga en pie, cuando ya han transcurrido dos años desde que apareció Varlania Tierra de leyenda.
  Chema García Suscríbete aquí

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