Bibo, mi amigo de Egipto en Escocia.

Publicado el 16 enero 2021 por Benjamín Amoedo De La Grana

Estaba en Edimburgo, para variar era de noche y hacia un frio de muerte, me encontraba en las puertas de la estación de autobuses esperando a que esta abriera para poder descansar allí un poco antes de coger el autobús que me llevaría a mi siguiente destino, hice algo de tiempo en un establecimiento de comida rápida que cerraba a altas horas de la madrugada. Hacia las dos de la mañana fui de camino a la estación, la noche era clara, hacia bastante viento que llegaba cargado de humedad del mar, tenía frio y 4 largas horas de espera. Al poco tiempo de estar en la entrada de la estación aparecieron unos chicos de aproximadamente mi edad que hablaban algún tipo de lenguaje arábico, pasados unos minutos uno de ellos se dirigió a mi, se llamaba Bibo, me dijo que era de Egipto y que el y sus amigos estaban esperando a que la estación abriera para coger el autobús, yo les dije que estaba esperando exactamente lo mismo que ellos. Estuvimos un buen rato hablando en la calle, nos sentamos en circulo en el suelo al pie de unas escaleras y empezamos a intercambiar conversaciones, ellos estudiaban carreras que iban desde las matemáticas a ingeniería y se encontraban viajando por Europa, todos teníamos mucho frio (ellos venían de temperaturas cercanas a 40 grados así que ya os podéis imaginar), hablamos de futbol, de costumbres de España y de Egipto, nivel de vida, salarios básicos etc… Cuando nos quisimos dar cuenta las puertas de la estación ya habían abierto así que nos trasladamos al interior a un sitio algo mas resguardado, pusimos los sacos en el suelo y de nuevo nos sentamos, me contaron muchas cosas apasionantes de Egipto, de lo barato que resulta allí todo para los europeos por el cambio de moneda y de los muchos empresarios que aprovechando esta circunstancia, invertían pequeñas cantidades de dinero en negocios allí y se hacían millonarios en cuestión de pocos años, me animaron mucho a visitar su país, también me advirtieron de la delincuencia, de las ciudades y playas que son menos turísticas o conocidas pero igualmente hermosas, que es un país con una diversidad lingüística brutal y que prácticamente cada 50 km los pueblos tienen idiomas propios muy particulares que solo entienden entre ellos, que incluso entre egipcios de diferentes regiones les cuesta entenderse. En definitiva, otras 4 horas que pasaron volando gracias a mi nuevo amigo Bibo, un chico simpático, divertido y extrovertido que me alegro la noche con sus bromas e historias. Recuerdo con gran cariño sus bromas y anécdotas, nos reímos mucho, fue una noche maravillosa, nunca olvidare como Bibo en un lamentable y muy gracioso español me llamaba “muy mafioso” al asociar a los españoles como personas marrulleras y que tienen chanchullos. Todos se despidieron de mi, chocamos las 5 nos dimos un abrazo y cada cual se fue esperar al autobús con una experiencia nueva en el bolsillo.