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Bienvenido al suicidio de Occidente (I)

Publicado el 22 abril 2012 por Pnyxis @Pnyxis
Hoy voy a hablarte del aborto. Sin tapujos, sin complejos de ninguna clase. Porque es un tema demasiado vital como para andarse con rodeos. Hablo de millones de vidas humanas inocentes, víctimas silenciosas de nuestro tiempo que permanecen mudas en las conciencias de buena parte de nuestra sociedad.
Antes de nada el siguiente vídeo. Es un vídeo muy duro que puede herir tu sensibilidad, así que no lo veas si no estás preparado. Pero puede convencerte mejor que cualquiera de mis razonamientos:

Si lo has visto espero que no te haga falta seguir leyendo razones para oponerse al aborto. ¿Que no te convence? Un pequeño testimonio. ¿Que tampoco? Quizás el testimonio del Dr.Nathanson, el que fue el "rey del aborto" te convenza. ¿Que todavía no? Veamos algunas cifras.
El número de abortos provocados en España desde 1985 alcanza la cifra de casi un millón y medio. Actualmente se dan más de 110.000 abortos anuales, lo que coloca a nuestro país como el país de la UE en el que más ha crecido el aborto en los últimos diez años. Nacen en España además casi 90.000 niños menos que hace treinta años y no tenemos asegurado el recambio generacional (estamos en 1,38 hijos por pareja).
Pero hay más. En el año 2008 se produjeron en Europa 2.863.649 abortos, lo que supone 7846 abortos al día y un aborto cada 11 segundos. Esta cifra equivale a la población de Estonia, Chipre, Luxemburgo y Malta juntas. En los últimos 15 años las cifras ascienden a 20.635.919 de niños abortados que no llegaron nunca a jugar en el parque. Más de 20 millones en una Europa que está viviendo la peor crisis de natalidad de su historia. Así las cosas, el aborto se ha convertido en la primera causa de mortalidad en Europa. Bienvenido al suicidio de Occidente.

La causa de la vida humana es la causa de todos nosotros. No tengamos miedo de defenderla aún a costa del patrimonio, el honor o, incluso, la propia vida.

Voy ahora a esgrimir de forma bastante resumida algunas de las razones por las que personalmente repruebo el aborto en todas sus formas. Por su extensión lo he dividido en dos entregas (la próxima la semana que viene).

El aborto es la muerte de un ser humano


Es posible que pienses que sobre el aborto sólo se puede opinar y que el asunto está repleto de valoraciones subjetivas que son discutibles y dependen de cada persona. O incluso que es un tema de índole religiosa. Bien, pues voy a decirte primero lo que dice la ciencia sobre el tema y luego saca tú las conclusiones que creas más conveniente. Yo, personalmente, estoy en contra del aborto porque la ciencia me da motivos. Y motivos que me convencen a mí y a mi razón.
  1. Al unirse el espermatozoide (23 cromosomas) con el óvulo (23 cromosomas) se forma el cigoto (46 cromosomas). En este momento el cigoto empieza a seguir un plan de desarrollo ya determinado. El cigoto está compuesto exactamente por el mismo número de cromosomas que tiene cada célula que tienes tú y que tengo yo.
  2. Cada cromosoma contiene las moléculas de ADN (ácido desoxirribonucleico). Éste está compuesto por los genes que encierran el "programa" de la vida de cada uno de nosotros con nuestras características físicas y psíquicas.
  3. El cigoto tiene un código genético propio y distinto al de sus padres desde la concepción. Esto está científicamente probado y es indiscutible. Así pues, en el cigoto se encuentra toda la biología del hombre y todo el desarrollo que seguirá hasta su muerte. ¿Conclusión? Aparece una vida humana desde el momento de la concepción. Pero, ¿cómo sabemos que es una vida humana? Bueno, ¿acaso sale una marmota del vientre materno? Aparte de por pura lógica lo sabemos porque su genoma es humano. Y yo creo en el derecho a la vida de los niños de la especie humana.
  4. Óvulo y espermatozoide por separado son células germinales que sólo generan una vida humana al fecundarse. Pero una vez fecundados generan un ser humano único e irrepetible que no será igual a ningún otro que haya existido nunca o que vaya a existir jamás.

¿Qué se desprende de esto? Que ya podemos concluir que en cualquier aborto se está acabando con la vida de un ser humano que tiene su propia dignidad humana. Lo que hay en el seno materno durante el embarazo, tenga una semana o tenga treinta, es un ser humano. Y no lo digo yo, lo dice la ciencia. Es más, el cigoto, desde el instante mismo de la fecundación, comienza a moverse y a desarrollar operaciones por sí mismo, iniciando la autolectura del mensaje genético que él mismo contiene. Sigue así un proceso en el que no hay un punto en el que un segundo antes se pueda decir que no hay vida humana y un segundo después que sí la hay. Claro, porque ese punto es la concepción.
 ¿Un hijo es un ser humano cuando deseo tenerlo y no lo es cuando no lo quiero?

Quizás consideres que no es un ser humano hasta que nace o que no hay que protegerlo hasta que sale del vientre materno. Sí, quizás hayas ignorado toda mi argumentación. Pero no importa. Porque pensar esto es absurdo, ¿qué cambia por el hecho de nacer? Nacer no es más que pasar de un lado a otro de la tripa de la mujer, el niño no experimenta ninguna mutación en el momento de su nacimiento. No cambia lo que es, sólo el sitio donde estaba. Además, si hay niños que nacen antes de los nueve meses o después -incluso hay niños que nacen a las 21 semanas-, ¿no te parece entonces absurdo fijar el nacimiento como el inicio de la vida humana? La supervivencia de un niño prematuro no marca el instante en que se convierte en humano, sino el nivel de desarrollo tecnológico de las incubadoras.
Me dirás que muy bien, pero que todo esto no te sirve, que un embrión no piensa. Tampoco lo hace un recién nacido y nadie en su sano juicio le discutiría el derecho a vivir. Y a juzgar por lo que se ve en la sociedad se diría que hay muchas personas adultas que tampoco lo hacen. Pero no por ello se las mata. Puedes decirme que el embrión depende de su madre. Anda, ¡y un recién nacido! ¡Y los niños de dos años! ¡Y los mantenidos de 35! ¿No tienen derecho a la vida por eso?

Durante un aborto provocado, el niño reacciona e incluso emite lo que muchos han llamado un “grito silencioso”. El organismo inmunitario de la madre, por otra parte, reconoce al bebé en edad prenatal como un objeto extraño al cuerpo de la mujer y tiende a atacarlo, aunque la placenta protege al nuevo ser humano.

El hecho indudable es que un embrión es una vida humana. Porque, si hubiera un momento objetivo distinto de la concepción a partir del cual pudiéramos establecer que empieza la vida humana, todas las leyes abortistas habrían coincidido en ese plazo. ¡Y no es así! Piénsalo, si abortar no es acabar con una vida humana en la semana 22, entonces no se entiende que exista un primer plazo hasta las 14 semanas. Y si abortar a partir de las 14 semanas es acabar con una vida humana, entonces no se entiende que un segundo supuesto permita abortar hasta la semana 22. Asimismo, si la ley actual sólo permite el aborto hasta la semana 22, por lógica se desprende que todos los abortos posteriores a esa semana que se han venido practicando a lo largo de los últimos años fueron asesinatos. O bien que ese plazo es un plazo completamente arbitrario. ¿Puedes explicarme cómo se concibe que el derecho a vivir dependa de un plazo arbitrario? Yo por lo menos no acepto que el derecho a la vida sea una graciosa concesión del Estado.

Bienvenido al suicidio de Occidente (I)

La única foto que voy a subir en este post: un feto de 12 semanas. Si no es un ser humano yo soy vegetariano.

En fin, creo que basta con usar un poco el sentido común. He visto también muchas ecografías, ecografías de cuatro semanas, de ocho semanas, de tres meses, de cinco meses... y para mi sorpresa, en todas ellas he visto un niño. Por tanto, negar que el aborto es la muerte de un ser humano es negar la ciencia, la razón y el sentido común.

El aborto no es un derecho, es un sufrimiento para la mujer


Desde la postura proabortista no deja de ser curioso que se ensalce el aborto como un derecho que se ha ganado la mujer, como si una mujer no sufriera por acabar con la vida de su hijo. Nos dicen que el aborto es un signo del progreso de la sociedad, que las mujeres son dueñas de su cuerpo y que pueden hacer con él lo que deseen; se disfraza el aborto con la palabra "libertad". Incluso se nos dice que despenalizando el aborto se reduce la mortalidad materna. ¿Pero esto es realmente así? 
Que el aborto es progresista es un argumento que probablemente has escuchado muchas veces. ¿Pero progreso hacia qué dirección? La destrucción es el prototipo de la barbarie, y yo no puedo considerar progresista a la autodestrucción de la especie humana. Creo -espero- que tú tampoco. Más bien, lo realmente progresista es proteger la vida humana y la maternidad. Por otra parte, aun aceptando el supuesto de que una mujer sea dueña de su cuerpo, no lo es del ser que ha concebido con la colaboración de un varón. Lógicamente, ya que la nueva criatura no es un mero apéndice de la madre. Ninguno de los progenitores es dueño de la nueva vida humana por el mismo motivo por el que los padres no pueden matar a sus hijos ya nacidos.

“Cuando consideramos que las mujeres son tratadas como una propiedad, es degradante para las mujeres que tratemos los hijos como una propiedad que se puede desechar como queramos.”
Elizabeth Cady Stanton (mujer pionera del movimiento por los derechos de la mujer en EEUU)

Y es que algo tan elemental como que ningún ser humano es propiedad de otro es ignorado de plano cuando hablamos del aborto. Aunque bien mirado, hace un siglo y medio la esclavitud también se presentó como un derecho y buena parte de la sociedad lo aceptaba como algo normal (ha sido así durante casi toda la historia). Igual que aquella legislación era un atentado contra la dignidad humana, las actuales leyes abortistas también lo son. Pues igual que nadie tiene derecho a poseer a otro ser humano como esclavo, no puede ser un derecho privarle la vida a un ser humano indefenso.
A este respecto la escritora feminista estadounidense Daphne de Jong hizo la siguiente reflexión:
Las primeras batallas feministas fueron luchar contra el estado legal de bienes muebles de las mujeres. Muchas feministas estaban entre los que volcaron la sentencia del Tribunal Supremo de EEUU de 1857, de que un esclavo negro era “propiedad” y no titular de la protección de la Constitución. El feminismo rechazó totalmente el concepto de propiedad respecto de los seres humanos. Pero cuando el Tribunal dictó en 1973 que el feto era propiedad de su madre, y no titular de la protección de la Constitución, mujeres liberadas bailaron en las calles.”

Ironías tiene la vida. Cambiando de tercio, no hay ninguna correlación entre las leyes sobre el aborto y la mortalidad materna. La verdadera correlación se da entre muertes maternas y atención especializada del parto, lo cual es completamente lógico. Es más, Irlanda, donde el aborto es ilegal, tiene una tasa de 5 muertes maternas por cada 100.000 nacidos vivos, la cual es inferior a la de EEUU (17 por 100.000 nacidos vivos), país en el que se aborta sin restricciones y que cuenta con unos altos estándares sanitarios.
La realidad es que el aborto provoca graves trastornos a la madre, tanto físicos como psicológicos. El listado de daños físicos - comprobados científicamente -, en países de medicina avanzada y aborto legal es el siguiente: cáncer de ovarios, hígado y cervical, perforación de útero, cáncer de mama (una de cada nueve mujeres que aborta lo desarrolla, y el 25% de las que lo contraen morirán por su causa), endometritis, hijos discapacitados en posteriores embarazos, embolismo, trombosis, esterilidad... 
Entre las secuelas psíquicas se encuentra un fenómeno sistemáticamente silenciado: el Síndrome Postaborto (SPA). Según la doctora Susan Standford, psiquiatra canadiense que ha relatado su experiencia con el SPA, se dan tres fases: desasosiego y tristeza; revivimiento continuo del momento traumatizante del aborto y, finalmente, una gran depresión. Son "cuadros depresivos que se acompañan de un sentimiento grande de culpabilidad", explica la psiquiatra española Carmen Gómez Lavín. De él pueden derivar desórdenes alimenticios, intentos de suicidio (una investigación en California (EEUU) reveló que, de 173.000 mujeres de bajos recursos, las mujeres que abortaron tenían un 154% más de posibilidades de acabar su vida mediante el suicidio), abuso de alcohol y drogas, agresividad para con los hijos, abortos de repetición o disfunción sexual. Sin embargo, ninguno de estos riesgos es advertido a las mujeres por los centros que practican abortos.
Es más, conforme a modernas estadísticas, transcurridos diez años del aborto la totalidad de las mujeres tuvo sentimientos de tristeza, el 93% acusó depresión y sentimiento de culpa y el 19% tuvo comportamientos suicidas. Por tanto, vender el aborto como un derecho de la mujer cuando éste no es más que una causa de sufrimiento para todas ellas es de un cinismo vomitivo. Y disfrazar con la palabra "libertad" un atentado contra la vida humana es tan perverso como llamar "derecho" a la posesión de esclavos. Siento ser tan contundente, pero a los abolicionistas tampoco les importó desafiar la gran mentira de la esclavitud.
Referencias:

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