Bienvenidos a la historia

Publicado el 14 marzo 2013 por Flecanda

Las primeras líneas de una novela, la entrada a un edificio, la portada de un libro, las líneas predominantes de una fotografía, los primeros acordes de una canción, la primera diapositiva de una presentación…

 Nos guste o no, la sensibilidad del hombre guarda una tremenda relación con ese primer estímulo, con el flechazo que uno tiene ante cualquier novedad a la que se enfrenta y es que quien sabe tratar con acierto ese primer instante nos habla de una capacidad que todos somos capaces de advertir, independientemente de los conocimientos que tengamos en el campo en que se muestre, pues esa primera sensación es algo que supera la racionalidad humana.

No me cuesta imaginar que es muy probable que alguna vez se hayan encontrado en una situación similar a la que paso a relatarles. Se presentan en casa de unos amigos o familiares con la intención de ver una pelicula. Ante la siempre presente duda de que pelicula ver, ustedes les recomiendan aquella película, ¡sí! aquella que vieron hace no mucho tiempo, esa “peli” que sin haber recibido una fama tremenda y haber sido publicitada en mil sitios a ustedes les encantó. Los presentes en la sala tienen sus dudas pero finalmente deciden confiar en usted y con altas expectativas y ante el rechazo de otras peliculas que podían ser más reconocidas para ellos deciden hacerle caso. Sale el león gritando, un par de créditos del estudio que la produce y empieza la película. La luz es muy ténue y el silencio absoluto (ruido de palomitas o cualquier otro snack y alguna lata abriéndose como mucho).

Llega la primera escena y usted, que ya se la ha visto, está expectante ante la reacción de esos compañeros que han decidido confiar en su gusto. En este caso hay dos opciones. Primera opción: el silencio se mantiene al máximo y como si el televisor se hubiese convertido en una especie de anillo de poder sus amigos sienten una curiosidad ante la pantalla que les impide apartar la vista. Segunda opción: El silencio se rompe con murmullos, historias todavía frescas de la antesala de la película o miradas y risas cómplices entre sus acompañantes.

Bien, si son ustedes los que han aconsejado la pelicula esta dicotomía les afecta y en buena manera para la opinión final de la película. Y es que como decía antes, quien sabe hacer una buena película sabe introducir al espectador. Por todo esto que les cuento, me gustaría presentarles algunos grandes inicios del cine; y con inicios me refiero a esas escenas que se colocan antes de los créditos o a aquellas tras las cuales se produce un corte brusco tras el cual comienza la historia (muchas veces fruto de un esquema circular por el cual se nos presenta primero el final de la historia).

2001: Odisea en el espacio (Stanley Kubrick) (1968). Probablemente, una de las escenas más míticas para todo buen conocedor del cine. El Sol asomando tras la Tierra mientras la obra de Richard Strauss “Así hablo Zarathustra” nos mete de lleno en la magnificiencia de la escena. Recuerden, hablamos de 1968 (para que se ubiquen, no existía Google Maps).

La naranja mecánica (Stanley Kubrick) (1971). Seguimos con el maestro Kubrick. La naranja mecánica es una de esas peliculas que te gustan o no te gustan pero que te dejan claro que vas a ver desde el principio. Una mirada fija, un vestuario peculiar y cuatro tipos inquietantes en un bar futurista bebiendo leche, ¡Leche!. Nuevamente, y como sucede en todas las grandes escenas que os cito, la música cobra un papel fundamental.

Reservoir Dogs (Quentin Tarantino)(1992). Al igual que sucede con Kubrick (salvando las distancias a día de hoy), Tarantino también tiene algunas grandes introducciones a sus historias. Su diálogo reflexionando sobre el sentido de la canción “Like a Virgin” y su discusión sobre las propinas se ha convertido también en otra de las grandes introducciones. Por cierto, como es habitual en Tarantino actúa en su película y es él mismo quien explica su versión del significado de la canción de Madonna.

Pulp Fiction (Quentin Tarantino)(1994). Otra de Quentin. En el caso de Pulp Fiction, sucede el esquema circular anteriormente citado por el que la primera escena (anterior a los créditos) se convertirá en la escena final. Sin duda lo más llamativo de la escena es su final violento que acaba con la canción de Pump It de los Black Eyed Pies dando paso a los créditos iniciales. No he conseguido la introducción en un único video así que va separado en dos. 

Parte 1:


Parte 2:

Trainspotting (Danny Boyle) (1996). Y dejo para el final la que, sin duda alguna, es una de mis favoritas. Una reflexión de la sociedad, unida a una música potente y una escena cuanto menos curiosa dirigida por Danny Boyle y tomando como base la novela de Irvine Welsh de la que parece por cierto que habrá segunda parte.

Son muchas las grandes introducciones al cine y resulta imposible citarlas aqui todas. Existe un gran número de ellas, como puede ser el caso de la primera parte del Padrino o de Kill Bill, que destacan por unos diálogos que enseguida nos meten en el contexto acompañados de unos primeros planos de quienes los pronuncian que tienen un gran interés. Sin embargo, he decidido no incluirlos debido a que creo que no aportan algo novedoso aparte de buenos diálogos.

He citado películas que conozco, que he visto y en las que me he parado a pensar en estos detalles: Puede que muchos así lo entiendan y otros cambien de gustos; bueno,… citando al “notas” en El gran Lebowski:

“¿Si? Bueno…en fin, eso es lo que tu opinas tio”.

Así que ya saben, cualquier añadido que pongan de su parte será bien recibido.


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