Estoy totalmente de acuerdo.
La cuestión es que hoy me había planteado despedirme de comer cosas dulces durante una temporada.... El lunes empiezo la 'operación biquini' sí sí en serio. Mientras 'ojeaba' la receta en internet, mi marido me comentó lo siguiente: M: Vas a hacer un bizcocho pero no voy a comer bizcocho siempre que tú lo hagas y cuando tú quieras... SIL: bueno, bueno pues me lo comeré yo solita... Una vez hecho el bizcocho, decidí llevar un trocito a mis amigos de la piscina (evidentemente ya había realizado la 'cata' que me dejó patidifusa de lo rico y blandito que estaba). ...al regresar de hacer unos largos, me he dispuesto a merendar y le he comentado a mi marido si quería un trocito.... Respuesta: -bueno, lo probaré. He servido un trozo grande para cada uno y ha sobrado un trocito pequeño.... Nos hemos comido el bizcocho y cuando he ido a la cocina he pensado...., este trocito lo dejo para mañana... o lo termino ahora..... ¿qué piensas que hice? por supuesto!! comérmelo mientras estaba digiriendo el último bocado...escucho: M: Tráeme el trocito de bizcocho!! glup! con bizcocho todavía en la boca le digo: Nopuedesermelohecomido glup M: ¿Queeeeeeeeeeeeeé? ¿Que te lo has comido? SIL: pero si no querías!!! M: yo no te he dicho que no quisiera! SIL: sí, me has dicho esta mañana que no ibas a probar bocado. M: yo no te he dicho eso!! cómo puede ser que te hayas comido el último trozo...que si patatín, que si patatán...y vuelta la burra al trigo. Conclusión: que por no oír sus reproches porque me sentía ya culpable. He tenido que hacer un nuevo bizcocho. Es la primera vez que tengo que repetir un bizcocho y no precisamente porque me haya quedado mal. Esta es la historia del bizcocho de nata.