Traicionada.
¿Cómo podías convencerme?
Ante mi ira, no me atacaste, ni te defendiste.
Sacrificando lo que más amaba, para convencerme.
Para hacerme seguir tus pasos.
Para llevarnos a casa.
Porque no hay amor mas grande que el de la entrega.
Y ahora estamos juntos,
ya no vagaremos más a la aventura.
Regresaremos a casa.
Ya estoy convencida.
Y todo quedará bajo el cielo...