Blognovela (2) Uno

Publicado el 09 julio 2010 por Elcocteldeloscuentos
Lo bueno de tener una Blognovela que subir al blog es que cuando no tienes relatos corregidos en la recámara o cuando no te pasa nada que contar, siempre puedes actualizar la bitácora de una manera decente. Aquí os dejo la continuación de la mía :)
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Charlie no es (sólo) nombre de chico
Uno: Charlie, Charlotte, Charlie

Cuando mi madre dijo eso de “alguien nuevo se ha instalado en la casa de al lado”

no fue consciente de lo poco precisa que estaba siendo. No era alguien, Charlie, eras tú.
Tenía que pasar. Iba a resultar extraño que ese mismo domingo Ada Peterson no organizara una de sus ya más que conocidas barbacoas para conocer a las nuevas vecinas (en femenino porque aún no había aparecido ningún hombre por allí). A veces Logan no soportaba aquellas ganas de relacionarse con todo el mundo de Rosales Row de su madre. Sobre todo porque sabía que, más que por dar bienvenidas, era el cotilleo la causa de tantas molestias en arreglar la inmensa parcela del jardín, limpiar la piscina y encargar a uno de los delicatesen más caros de la ciudad la mejor carne para la barbacoa. Así era ella.
Mamá, ¿no has pensado que esa chica y su madre querrían este fin de semana para descansar? habían pasado tres o cuatro días de la llegada del camión de mudanzas. Logan llevaba esos cuatro días quejándose de los planes de su madre, que habían empezado justo en el momento en que él y sus amigos habían visto a la chica rubia por la ventana.
Pero cariño, si no les ha importado para nada aceptar. Están deseosas de conocernos… Además, será algo íntimo, lo prometo. Nada de presentaciones en sociedad: papá, tu hermana, tú, ellas y yo. Como en una de esas películas…

Ada se creía que vivía dentro de una de esas películas antiguas en las que se organizaban fiestas del té y reuniones sociales constantemente. Y eso Logan lo aguantaba menos que nada.

Por la tarde tengo que ir a correr con Ryan, así que espero que ya que organizas una barbacoa, no se alargue mucho.
Te lo prometo.
¡Qué bien! ¡Una baracoa de bienvenida! exclamó Jenny, la hermana de Logan, de nueve años. A su tienra edad, había participado en varios anuncios de televisión y su cara estaba retratada en varios carteles de publicidad de ropa en las tiendas con las marcas más caras y prestigiosas del país.
Y es que si Logan Peterson era guapo, Jenny tenía la carita de ángel más preciosa del mundo.

****

Aquel domingo, la casa de los Peterson estaba preparada para recibir a sus nuevas vecinas. Ada se había pasado toda la mañana dando órdenes para que arreglaran el jardín, y eligiendo un modelo que, como ella misma decía, transmitiera el siguiente mensaje: “soy rica, pero no estrafalaria y puedo ir de andar por casa”. Cuando llamaron a la puerta, Ada y Richard, el padre de Logan, estaban en el jardín poniendo todo a punto. Jenny fue corriendo hacia la puerta, aunque Logan se le adelantó porque estaba en la cocina.

Hola, soy Becca la sonrisa de la madre era ciertamente preciosa. Una mujer madura pero de una gran belleza. Tuvo que tener a su hija muy joven, porque casi podían pasar por hermanas. Becca le ofreció a Logan una tartera y después estrechó su mano Es tarta de manzana, la he hecho yo.
Gracias, yo soy Logan Logan sonrió. Hacía años que no probaba una tarta casera Pasad. Al fondo están mis padres, en el jardín.
Tras Becca se medio escondía aquella chica rubia de la sonrisa increíble. Logan y ella se miraron. Fue una primera mirada de esas en las que, como en las películas, los protagonistas tardan varios minutos en espabilar. Logan pudo ver que aquella joven que tan buena impresión les había causado a Pete y a Ryan, no sólo tenía un físico espectacular y una sonrisa increíble, sino los ojos verdes que había visto nunca. Expresivos, cristalinos y transparentes, con un brillo demasiado especial. Logan se creyó capaz de perderse en ellos.
Hola musitó, cuando le volvió el habla. La chica sonrió, tímida, con algo de rubor en sus mejillas.
Logan esperó en la puerta a que Becca y su hija pasaran al interior de la casa, y se quedó embelesado en la entrada cuando vio cómo Jenny le ofrecía la mano a la chica, y ella la cogía sonriente. Dulce.
****
No había podido dejar de observarla en toda la comida. La nueva vecina no había articulado palabra, al contrario que su madre, que había charlado animadamente con Ada y Richard.
¿Cuántos años tienes? le preguntó Jenny en un momento dado. Charlotte, que así había dicho Becca que se llamaba, porque ni siquiera ella había dicho su propio nombre para presentarse, sonrió anchamente a Jenny y negó con la cabeza ¿No tienes años?
Charlotte sonrió aún más. Se puso las dos manos en la garganta y negó con la cabeza.
¿Estás afónica?
No, cariño… Ada intervino, al ver que a Charlotte se le hacía algo imposible explicarle a su hija por qué no contestaba … es que Charlie es muda.
Logan lo comprendió entonces todo. Se quedó blanco, casi no supo que decir.
¿Te llaman Charlie? hay que ver cómo son los niños. Acababan de decirle a Jenny que Charlotte era muda, y a ella le había llamado más la atención que la llamaran Charlie.

La hija de Becca asintió.

Yo creía que Charlie era un nombre de chico.
No sólo es nombre de chico, Jenny sonrió dulcemente Becca.
¿Y eres muda? Jenny le preguntó aquello a Charlie como quien hablaba del tiempo que hacía aquel día. Natural y sin pretensiones de nada.

Charlie asintió, sin perder la sonrisa.
No era timidez, bueno, quizá si lo fuera, pero no era solamente eso. No era que Charlotte fuera una chica calladita, es que no podía hablar. Después de que su madre le explicara a Jenny que su nueva vecina era muda, y después de las incesantes preguntas que ella había lanzado hacia las nuevas vecinas, entusiasmada por conocer a alguien que carecía de la capacidad de hablar y que además se llamara Charlie, Logan se detuvo a observarla un poco más, dándose cuenta depués de que, aunque hubiera intentado apartar los ojos de ella, no hubiera sido capaz.