Chalie no es (sólo) nombre de chico
No era timidez, bueno, quizá si lo fuera, pero no era solamente eso. No es que Charlotte fuera una chica calladita, es que no podía hablar. Después de que su madre le explicara a Jenny que su nueva vecina era muda, y después de las incesantes preguntas que ella había lanzado hacia las nuevas vecinas, entusiasmada por conocer a alguien que carecía de la capacidad de hablar y que además se llamara Charlie, Logan se detuvo a observarla un poco más, dándose cuenta depués de que, aunque hubiera intentado apartar los ojos de ella, no hubiera sido capaz.
Era increíblemente preciosa. Lo cierto era que no se veían unos ojos como los de Charlotte muy a menudo por Rosales Row… y mucho menos se veía a gente con alguna discapacidad. Por alguna extraña razón, sorprendiéndose incluso a sí mismo, Logan sintió que algo le fascinaba de aquella chica, y que ese algo no era sólo su belleza. Hablaba con la mirada y con la sonrisa. No eran los prejuicios los primeros que habían asaltado su mente, sino las ganas de conocerla, de saber más de ella.
Becca les había contado a los Peterson que Charlie había nacido pudiendo hablar pero que, de niña, una enfermedad en sus cuerdas vocales hizo que perdiera toda la capacidad de habla. Les contó, ante la atenta mirada de su hija que sonreía, que Charlotte estudiaba ballet, que sentía una pasión increíble por el baile, la música y la danza y que leía, que leía muchísimo. Charlie no perdía la sonrisa en ningún momento y miraba a su madre, con humor, cuando ella les contaba a sus vecinos que, entre ellas, se comunicaban al principio por escrito y que, con el tiempo, Charlie aprendió símbolos que su madre conocía a la perfección. Todos los Peterson estaba sorprendidos ante la situación de las nuevas vecinas, pero no por ello ninguna se mostraba menos agradable o simpática.
Becca era médico. Había tratado la enfermedad de su hija desde que ésta llegó a sus vidas sin avisar, cuando la niña tenía la edad de Jenny, y desde el principio supo que, la recuperación de Charlie dependía de unas largas operaciones, con posteriores postoperatorios y sus correspondientes medicamentos…. y que ella decidió que Charlie no se sometiera a todo aquello de niña, y esperar a que tuviera la capacidad de decidir si quería recuperarse de ese modo… aunque eso no supusiera una capacidad perfecta para hablar.
Charlie era muy consciente de que el problema no era el dinero, sino el proceso y las secuelas, y a sus diecisiete años, parecía una chica feliz. Becca decía que se había adaptado bien a la situación, y sí que es cierto que tuvieron momentos difíciles, pero que ahora todo había pasado.
***
— ¿Cómo no se te ocurre avisarnos de que Charlie era muda, mamá? —cuando Becca y Charlie se marcharon, Logan, que se había olvidado de su cita con Ryan, reñía a su madre.
— Se me olvidó… Y estoy avergonzada porque Becca me lo había advertido precisamente para que no se diera una situación como la que ha ocurrido hoy con las preguntas de tu hermana pero, cariño, a ella no parecía improtarle.
— ¿Y qué le queda? Es muda, mamá. Aunque quisiera, no podría mandarnos a la mierda.
— Esa boca, jovencito —Ada reprimió a su hijo.
— Mamá…
— Vamos, ¿no te han caído bien? A mí me han parecido adorables. ¿Sabes que Charlotte va a estudiar en el Courtauld? Será genial, es una chica muy inteligente.
Logan subió a su habitación tras enterarse de que su nueva vecina iba a estudiar en el mismo colegio que toda la élite de Rosales Row. Su madre no entendia que en aquel sitio donde no era nadie nuevo, ya era bastante difícil hacerse un hueco, como para encima tener el problema que Charlie tenía… Nunca hubiera imaginado que aquella chica fuera muda. Y él, como un tonto, saludándola nada más verla entrar por la puerta… y esperando a que contestara.
***
Aquella noche Logan no se pudo quitar de la cabeza los ojos brillantes de Charlie, ni tampoco podía apartar de su mente su sonrisa o la dulzura con la que había tratado a Jenny. Estaba noqueado. Se consideraba a sí mismo un superficial más de aquel barrio de pijos y, sin embargo, no dejaba de sentirse fascinado por Charlie. Lamentó que los prejuicios fueran a hacerle daño a un ser humano tan bueno como parecía ser ella. Tenía ganas de verla, y no sabía por qué…
— Logan, Ryan al teléfono —Jenny entró en la habitación con el teléfono inalámbrico enla mano, dándoselo y saliendo por la puerta después.
— ¿Ryan?
— ¿Tío, qué ha pasado? ¿Tu madre ha organizado una de sus reuniones sociales con la excusa de la barbacoa?
— Bueno, sí… más o menos —mintió. Podía haberse marchado en cualquier momento, pero se quedó ahí plantado, fascinado por la silenciosa belleza de Charlie— Ryan, tengo que contarte algo.
— Claro que tienes que contármelo: toda la información de nuestra nueva amiga.
— No sé si serán amigos precísamente lo que consiga aquí…
— ¿Qué dices? ¿Es lesbiana?
— Que no, joder. Bueno, no sé. No, joder, no me líes.
A Logan a veces le daba rabia ver lo tremendamente básicos que podían ser sus amigos. Respiró hondo antes de hablar. Iba a ser mejor contar las cosas poco a poco y no soltarlo todo de golpe.
— Su madre es médico, y ella se llama Charlotte.
— Vaya nombre más sexy.
— Prefiere que la llamen Charlie.
— ¿En serio? Más sexy todavía… —Logan no intentó adivinar los pensamientos de su amigo.
— Y es muda.
— ¿Muda?
Mudo fue como se quedó Ryan en cuestión de segundos. Tanto, que Logan tuvo que repetir su nombre varias veces para asegurarse de que seguía al otro lado.
— Tiene nuestra edad y estudiará en el colegio —intentó seguir Logan, como si al decir que Charlie era muda, hubiera dicho “vestía con una camiseta blanca”.
— Bueno… —pero a Ryan la noticia le había tocado.
— No me dirás que eso ha cambiado tu opinión sobre ella. Tengo que decirte que de cerca gana muchísimo. Es preciosa… tiene unos ojos maravillosos. Me juego el cuello y no lo pierdo a que teníais razón y es la chica más guapa de por aquí.
— Sí, pero… es muda.
— Joder…
— ¿Qué?
— Estaba dudando entre si contarte esto a ti primero o a Pete. Pensé que contártelo a ti sería mejor porque de los dos, pensaba que el más superficial era él.
— Logan, es muda —espetó Ryan, conviertiéndose en un ancla que empujaba a su amigo a la más cruda realidad. Charlie era increíblemente preciosa, pero era muda, sí— Seamos sinceros, no es que yo sea un tío superficial al que sólo le importan sus prejuicios. Es que no puede hablar… y eso no es normal por aquí.
— Ya, pero… no sé. Tendrías que haberla visto, tendrías que… que haberla tenido cerca.
— Logan, tío…—Ryan hizo una pausa, interrumpiendo a su amigo— La van a tratar como a un bicho raro, no sé si me entiendes…
— Pero no se merece que la traten así.
— Vale, no se lo merece porque tú dices que es maravillosa, pero lo harán. La gente es así… —se hizo un silencio entre ambos— Somos así. Lo hemos sido siempre.
— Algo me dice que su presencia aquí va a cambiar las cosas.
— Ya te ha cambiado a ti… y sólo hace unas horas que la conoces.
Logan colgó el teléfono. La sensación de necesidad de ver a Charlie otra vez se había intensificado. De repente, quiso advertirla de todo por lo que seguro iba a pasar en el Courtauld College… y se sentía rastrero. Si tanto le preocupaba que los demás la trataran mal, lo que tenía que hacer él es predicar con el ejemplo y tratarla bien. No quería sentir lástima por ella… qué extraño era todo.
—¿Es cierto que tu nueva vecina es muda? —a los veinte minutos de haber colgado a Ryan, Fleur ya estaba al otro lado del teléfono.
— Las noticias vuelan.
— ¡Viva el Facebook, cariño! Pero dime, ¿lo es?
— Sí, lo es.
— Jo-der —si había alguien superficial en todo Rosales Row, aunque después tuviera su encanto y fuera buena persona, esa era Fleur Lorens. La más popular de entre los populares. Su novia. Hija de una importante diseñadora de moda y de un magnate de las finanzas que estaban divorciados, era la Reina por excelencia: del colegio, del barrio, de la ciudad entera. Morena carbón y con carita de muñeca de porcelana, era la chica a la que todos querían y la que solamente Logan tenía—… cariño, es muy fuerte.
— Flee —Logan siempre la llamaba Flee—, yo creo que deberíamos hacer que se sintiera a gusto. No sé, me sabe mal. Su madre es una tía muy maja y se ha hecho amiga de mis padres. Y ella… —Logan enmudeció, parándose a pensar: “¿Qué le vas a decir a tu novia, genio, qué es la chica más asombrosa que has visto nunca? Joder”
— No te preocupes. Si viste bien podrá compensar su falta de habla… —Fleur lanzó una sonora risita.
— No seas cruel —Fleur solía tener ese humor.
— Estaba de broma, cielo. Si tú quieres que la recibamos con los brazos abiertos, así lo haremos.
— Esa es mi chica. Eso me gusta más.
— No le des más vueltas a lo de la vecinita, ¿vale? Pensemos en nosotros, mejor. ¿Quieres que quedemos mañana para comer?
— Tengo entrenamiento de fútbol. Cuando empiece el curso tendré que emplearme a fondo y… creo que preferiré ir a casa y descansar.
— De acuerdo, entonces ya veré en qué ocupo mi tiempo sin ti.
— ¿No te importa?
— En absoluto. Quiero seguir siendo la novia del mejor delantero del equipo este año también… —Logan sonrió de medio lado al escuchar hablar a Fleur— Buenas noches, cariño.
— Buenas noches, Flee.