Son las cinco de la madrugada. Acabas de terminar las secciones de tu proyecto después de incontables horas de trabajo de ordenador. Te encuentras tan cansado que, cuando te das cuenta de que tienes que ambientar las secciones y los alzados, sientes el pánico previo a la entrega. Ese “no me da tiempo” te hace trabajar de una forma chapucera. Quizás productiva, pero no de la misma manera que nos hubiera gustado desde el principio. Es entonces cuando comenzamos a llenar nuestros planos con esto:
No es nada personal, pero es que cada vez que veo este tipo de bloques en un plano siempre pienso en la cara del profesor cuando se encuentra, por trigésima vez, a este individuo en el tejado del proyecto; después de haberlo visto en el salón, en la sala polivalente y también,para rematar, en la cocina o en la sala de instalaciones.
Cuando estás realizando los planos de un proyecto, siempre pones más atención a los detalles constructivos o técnicos de la fachada o de la sección, pero no por ello significa que debas fastidiar una gran presentación con una muy mala utilización de los bloques. Es como el último paso que se lleva a cabo. No tiene mucha importancia diréis, y la verdad es que en eso os doy la razón; pero puede ser llamativo para la vista si estos objetos no se colocan o se diseñan correcta y adecuadamente.
Y cuando hablo de ese último toque, intento explicar como podemos adquirir esa sensación de un dibujo bien acabado, que se ha colocado en el lugar y se han llenado los usos conforme a cómo se había proyectado todo. Incluso la gracia de colocar figuras que no representen objetivamente a las personas pueden ser estéticamente muy atractivas.
Fijaos en SANAA. Ha creado una serie de siluetas que utilizan de igual manera en los planos como en las maquetas. Son lo más sencillo que puedas pensar, y no son fieles a las proporciones reales de las personas. Pero quizás ese guiño en el diseño, ese “es que he pensado hasta en el tipo de gente que voy a colocar y los he dibujado”, hace que sus representaciones de planos sea extraordinaria.
El uso es la premisa principal que debéis acatar a la hora de colocar bloques. Si tienes que diseñar una escuela de cocina, no puedes poner al mismo tipo de gente que colocas en un polideportivo. Los planos tienen que demostrar que nuestro proyecto adquiere las características necesarias y adecuadas para albergar un específico uso. Dibujemos una persona acorde al proyecto y rematemos un trabajo bien hecho.
El proceso para llegar a dibujar tus propias personas es muy fácil, y dura algo así como cinco minutos, que puede llegar a ser menos tiempo que el que pasas en internet buscando en páginas de mala muerte unos bloques para descargarte.
1. El primer paso que debes hacer es buscar una foto que vaya acorde con lo que quieras colocar en tu dibujo. ¿Lo tienes?. Perfecto.
2. Debes colocar dicha foto en Autocad o programas similares.
3. Escoger una polilínea y seguir el contorno. Puedes sombrear al color que elijas.
4. No esperes más pasos. No puede ser más sencillo.
Aquí os pongo algunos ejemplos muy básicos:
Y ya si tienes tiempo, o simplemente quieres darle algo de gracia a tus láminas (muy aconsejable para críticas, no lo vayas a hacer en la entrega final), podéis emocionaros y poner algún bloque que sea sencillamente increíble.
Y eso, señores, atrae la atención de cualquier tipo de entrega.
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