Revista Literatura
¿Quieres un café? Creo que es buena hora para empezar a mimarnos con los ojos y luego si quieres nos vamos a ver como caen las primeras gotas de este invierno que se resiste como mi mirada al oír tus pasos.El ruido de la gente se hace insonoro al oír tu voz, me tranquilizo e incluso pierdo la noción del tiempo, ¿tiempo? Quién dijo tiempo, hoy es todo el tiempo que tengo para estar contigo, para besarte cada rincón de tu piel.El tempo vespertino se vistió de largo y su letargo puede que nos anime a recrearnos el espíritu, bonita expresión “recrearnos el espíritu”, sí se la oí por primera vez, da igual.Cuéntame por qué estás tan triste en estos días, ¿dime que puedo hacer para animarte? Nada solo quedarte conmigo abrazarme y hablarme bajito al oído, tranquilizarme, susurrarme cosas bonitas que me haga sentirme única en tu vida, que me crea que amas por primera vez y te quedarás a dormir hoy y todos los días venideros.Ya es hora de cambiar el café por una copa, tal vez una copa de vino, tal vez una copa de un vino espumoso, si quieres solo eso, te lo doy, háblame de él, no, él es pasado ya te conté lo que creo que era importante para empezar, a veces es importante no dejar entrar a los fantasmas del pasado en las historias que empiezan, a veces me quiero perder en tus ojos verdes y quedarme allí todo el tiempo. No insistas es mucho mejor dejar ir recuerdos, es mucho mejor para la mente pequeña, el corazón ya guardó todo ese amor y es tan generoso que puede compartirlo de nuevo contigo.Lola estaba sentada en el único bar delaplaza de aquel pueblo perdido en la Sierra Axárquica, era invierno pero el sol brillaba, se pidió la segunda copa de vino y cerró aquella libreta llenas de posibles bocetos para aquella novela que nunca se atrevía a escribir
Mientras llegaba el camarero con su comanda se le vino un solo pensamiento a la cabeza y el corazón se le encogió un poco, solo te diré que por primera vez sentí que era capaz de cambiar el calendario lunar para volverlo a ver, para decirle……………