En 1859 William (Waterman, alias) S. Bodey descubrió oro cerca de lo que ahora se llama Bodie Bluff. Una fábrica fue establecida en 1861 y la ciudad comenzó a crecer. Todo comenzó con cerca de 20 mineros y creció a un estimado de 10.000 personas en 1880! En ese momento, a la ciudad de Bodie acudían familias, ladrones, mineros, propietarios de tiendas, pistoleros y prostitutas de todos los rincones de Estados Unidos. En un momento dado se contabilizaron hasta 65 salones en la ciudad. Entre los salones también había un buen número de ”casas de mala reputación ‘, salas de juego y fumaderos de opio e incluso un prospero barrio chino. Huelga decir que hubo entretenimiento para todos los gustos.
Después de un largo día de trabajo , los mineros se dirigirían a los bares y la zona roja para gastar sus ingresos. La mezcla de dinero, oro y alcohol era a menudo fatal. Se dice que había un hombre muerto cada día en Bodie.
Pero todo lo bueno se acaba, y ninguna mina dura toda la vida… Así en la década de 1870 comienza un declive que continuará hasta el abandono total del pueblo. Las minas se automatizan y los procesos de extracción de oro y su lavado ya no necesitan de tanta mano de obra. La mayoría de gente se marcha a otros lugares más prósperos en 1910 tan solo se censan en la ciudad 698 personas.
La primera mina cierra en 1913, el ferrocarril es abandonado en 1917 y tras vanos intentos de reactivar la economía por parte de los pocos trabajadores que quedan, llegan las guerras que dan la puntilla final a la actividad de este pueblo. En 1942, con todos los comercios y servicios estatales cerrados, la última familia abandona la ciudad.
Hoy en día se conservan más de 150 edificios en perfecto estado, aunque solo es una pequeña parte de la esplendorosa ciudad que fue en su día. Sobre el nombre del pueblo, se cuenta que el pintor del letrero no tenía suficiente espacio en la parte de abajo para pintar la cola de la y griega,, y sin muchas preocupaciones la cambió por una i latina. Pese a que el pueblo se encuentra al final de un camino polvoriento de 13 millas en un lugar recóndito de la estatal 395, recibe a más de 200.000 visitantes todos los años que acuden a Bodie para contemplar uno de los lugares mejor conservados y más representativos de los cientos de ciudades y poblados que emergieron de la nada gracias a la fiebre del oro.
Vía: Wikipedia, bodie, flickr, ghosttowngallery, Tejiendo el mundo.