En líneas generales, la mayoría de los fotógrafos de viajes, eligen transportar sus equipos en mochilas de tamaño medio, para que puedan llevarse en los aviones, como equipaje de mano y resguardarse a salvo bajo tu asiento, siempre y cuando no te asignen las plazas situadas en las puertas de emergencia, donde no podrás tener ninguna bolsa en el suelo y obligatoriamente deberás colocar la mochila en los maleteros laterales, con el consecuente riesgo de que el equipo se caiga ó reciba golpes de otros viajeros al colocar ó manipular sus pertenencias y equipajes
Algunas de las bolsas que utilizo en mis viajes
Conviene escoger una bolsa que permita llevar un pequeño trípode de viajes atado con correas a los laterales y también es apreciable, que disponga de un compartimento especial adaptado para el transporte del ordenador portatil, cuyo uso ya es casi imprescindible en estas incursiones viajeras. Si en tu viaje, vas a realizar muchas travesías urbanas, conviene que lleves el equipo en una bolsa más pequeña de las que puedes llevar en bandolera, para tener la cámara siempre a mano, sin tener que descolgarte la mochila en cada ocasión. Yo suelo llevar una de estas bolsas, que junto al trípode coloco dentro de la maleta con los enseres personales, que posteriormente paso a facturar. De esta manera, durante los desplazamientos y largos recorridos, puedo llevar todo el equipo fotográfico, incluidos cargadores y demás accesorios en una mochila de mayor capacidad y cuando llego al destino utilizo una u otra según el programa de trabajo establecido para cada jornada.
También es importante que lleves un plástico, impermeable ó chubasquero para que en caso de lluvia puedas proteger del agua, la bolsa y los equipos que van dentro, algunos modelos de mochilas incorporan una funda de protección extensible, para estos casos.
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