Bosquejo de una sombra

Publicado el 24 agosto 2015 por José Ángel Ordiz @jaordiz

Cuando salgo de paseo por este mundo virtual, cuando voy de un sitio web a otro en busca de las últimas entradas, a veces me demoro un poco más en un blog determinado para curiosear por las denominadas barras laterales (en muchos de ellos, como en el mío, una columna a la derecha, o a la izquierda, y vale). Pues bien, alguien se ha detenido un poco más en mi blog y a fe mía que lo ha hecho a conciencia pues ni yo mismo había caído en algo que podría interpretarse como claro despiste: en la página sobre el autor aparece el título de su primera novela, Bosquejo de una sombra, y, sin embargo, ni rastro de ella por ningún otro lado, entre los demás orgullosos títulos que permiten el acceso a parte de sus vidas de papel. "¿Por qué?", me pregunta esa persona de nuestra comunidad cuyo nombre no desea que haga público aunque yo desee justo lo contrario (en cualquier caso, gracias, Persona).

¿Acaso no fue publicada esa novela corta o narración breve o relato largo en su día? Sí, lo fue. En enero de 1981, poco antes de que el 23F atentase contra la tierna y convulsa democracia española; mi gozo de entonces (del autor primerizo que recibe un reconocimiento público) acosado durante horas por un temor procedente de ese ayer asolado por tantísimos años de férrea dictadura política y clerical pues Bosquejo de una sombra se basa en la biografía de mi tío Manuel, un republicano que perdió el brazo derecho en la guerra civil y, tras el exilio en Francia, regresó a su tierra para que lo remataran esas gentes de cualquier tiempo y lugar que no perdonan ni a los vencidos. El joven Manuel corrió hacia las balas voluntariamente, es cierto, y lo alcanzaron dos, una de plomo y otra de ira, tan venenosa para el alma (la homicida de verdad, la del día a día de palizas y puertas cerradas y vecinos inmisericordes), apenas una sombra mutilada y beoda hasta que reposó en el cementerio donde también irán a parar mis cenizas. En fin, que ya me veía yo ante el mismísimo Tejero, encarcelado por haber obtenido un galardón en unos tiempos nuevos, en color; unos tiempos de esperanza y libertad que los golpistas trataron de borrar para volver al blanco y negro, al pasado gris de sus tropelías.

Fue publicada junto con otras dos novelas cortas o narraciones breves o relatos largos (de Miguel Solís Santos y de Roberto González-Quevedo) y por eso, porque el libro no es de mi autoría exclusiva, no aparece entre los títulos que sí lo son.

COMENTARIO AL MARGEN:

Esa historia ficticia inspirada en hechos reales no está bien escrita: le debo mucho (creí en mí, me animó a contar otros relatos) pero algunos diálogos, por ejemplo, me resultan inverosímiles, me ofenden incluso (al igual que algunos fragmentos) a estas alturas de mi existencia, también yo reducido a un bosquejo, a una sombra de lo que fui (o creo recordar que fui) por las batallas siempre perdidas contra el transcurso de los años.

Es lo que hay.

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