Director: Wes Anderson
Por alguna razón, no me había interesado tanto por meterme en el universo de este director, pero de vez en cuando aparecen algunos impulsos, y en este caso me dio uno por ver los filmes de Wes Anderson.
Como habrán visto, este no es el primer filme que critico de Wes -ese honor se lo llevó la vida de Steve Zissou-, y ahora que recuerdo, tampoco es el primero que vi -ese premio se lo lleva Moonrise Kingdom-, pero el punto es que es su opera prima, y es un buen filme para empezar con la filmografía de este interesante director.
Este filme trata sobre un sujeto llamado Anthony -Luke Wilson- que, junto a su amigo Dignan -Owen Wilson- llevan a cabo un plan de 50 o más años, que consiste en robar lugares, y aliarse con un tal Mister Henry. Como es natural en este tipo de casos, los planes sufren ligeros contratiempos y las cosas no salen como estaban previstas, dando paso a varias situaciones entretenidas -aunque no ideales- y personajes de lo más simpáticos.
Me ha gustado bastante este filme, pienso que es bastante redondo en su conjunto, totalmente disfrutable, para nada aburrido, y que no pretende ser más de lo que realmente es -problemas que hicieron que la de Steve Zissou no me gustara-. En otras palabras, es un filme sencillo, pero efectivo, que no me hace sentir arrepentimiento por haberlo visto.
Lo que me ha gustado de este filme es, que a pesar de ser una simple historia de ladrones de poca monta, sea tan interesante de ver. Y esa visión bastante positiva sobre los personajes y las situaciones en las que se ven envueltos. Es un filme cuyos elementos hacen que todo parezca tener más vida -y ojo, no es que todo sea color de rosa-. Es una historia que de verdad quiero ver como transcurre.
Para empezar, la fotografía es muy bonita, típica de los filmes de Wes Anderson. El uso de los colores, de los planos generales que muestran paisajes solitarios pero muy bonitos; de los primeros planos, que a pesar de ser cerrados siempre tienen bastante profundidad de campo; la misma composición de los planos y los movimientos de cámara, son elementos que hacen que el filme sea muy agradable de ver.
Y todo esto va en coherencia con lo simpáticos y positivos que son los personajes. Dignan, a pesar de ser un veinteañero casi en sus treintas, sin trabajo, y ladrón de poca monta, nunca se rinde, y su visión de los hechos y de seguir intentando las cosas genera una sensación de optimismo que le va bien al filme. Anthony, a pesar de no ser tan optimista, y con tendencia a evaluar lo malo que pueda pasar, es quien entrega los mejores momentos del filme -aunque Dignan también le hace competencia en ese apartado-.
Lo otro que hay que rescatar del filme es que da retazos del lenguaje cinematográfico del que hace uso Wes Anderson en el resto de sus filmes. Y también sus motivos narrativos comunes.
En cuanto a lo visual, ya mencioné que todo es muy bonito, y es fácil notarlo, no todos los filmes son tan coloridos. También es fácil notar su tendencia a centrar los elementos del plano, a los ángulos cenitales, y a los continuos movimientos de cámara.
Me gusta que haga esa diferencia entre los plano-contraplano en las conversaciones, y que busque cierta continuidad en las acciones haciendo uso de los movimientos de cámara, ya sean paneos, tilts, o seguimientos. Esto es algo que continua haciendo en su filmografía restante.
Por último, es cierto que todo se ve bonito, pero que no necesariamente todo es tan así en el interior de los personajes, aunque en este film en particular, los protagonistas no están tan dañados como los otros personajes de otros filmes. El contraste no es tan evidentes.
Lo que sí vale la pena recalcar es que, según yo, este es el filme menos compasivo, pero aún así el menos dramático -de lo cual no me quejo- en la filmorgafía de Wes. Claro, los personajes no sufren grandes dramas ni hechos atroces, pero la mirada que se les da no es tan indulgente como veremos en sus otros filmes. En este sentido, pienso que el final es un gran final para un buen filme.
Me ha gustado tanto por lo que pasa, el trasfondo de la situación, y como se presenta audiovisualmente.
¿Hay redención -o, en su defecto, algo similar-? Claro que sí. Pero Wes Anderson es mucho menos redentor y bueno de lo que será después. No hay tanto perdón.
Quizás se ha ido ablandando con los años.
Es un final que reúne todos los elementos que hacen de este filme un buen filme: la actitud de Dignan, la de Anthony, la curiosa manera de ver las cosas de Bob, y el hecho de aceptar las consecuencias de lo que se ha hecho, a pesar de no ser lo mejor que podía pasar.
En fin, me parece que es una buena opera prima, ya que contiene los elementos que el director convertirá en su marca, cuenta una buena historia, de buena manera, y más importante aún, hace que uno tenga deseos de seguir viendo los filmes de su director, Wes Anderson.
Y yo les recomiendo seguir viendo su filmografía.