Hay luz. Luz derritiendo la nieve durante unas vacaciones de Navidad que pasamos en familia. Recuerdo lanzarme por las colinas teñidas de blanco y pensar que eran como pequeños bizcochos cubiertos de azúcar glas. Recuerdo hacer muñecos de nieve y a abuela mirándome, sentada sobre el capó del coche con su elegante abrigo. Recuerdo tu risa cómplice mientras mirabas a tus nietas también risueñas.
Hay luz. Luz en el patio de tu casa mientras comíamos frutos secos y resolvíamos crucigramas o sopas de letras. Recuerdo que creía que nunca en la vida conseguiría almacenar tanto conocimiento como el que tú guardabas en tu mente. Recuerdo hacerte tantas preguntas que al final me regalabas tu sonrisa como toda respuesta. Recuerdo el olor a todas esas hierbas con las que abuela preparaba infusiones cuando estábamos mal del estómago.
Hay luz. Luz en esos días que no íbamos a clase porque estábamos "malitas"...