Siempre quise contarte una pequeña historia que conocí de pequeño pero que nunca pude olvidar.
Eran tiempos de verano, de playas, de acantilados y de almuerzos domingueros compartidos con amigos.
Cada año se sumaban a la mesa tres personas que pasaban unos días en la misma casa que visitábamos: un matrimonio formado por Franco y su esposa argentina, y Bruno, el hermano solterón del hombre. Ambos eran de origen italiano, lo que se notaba en el acento que persistía fuertemente en su lenguaje.
Hacía tiempo que vivían y trabajaban en nuestro país. Cuando llegaron como inmigrantes, Bruno tenía unos 20 años. Allá en su pueblo natal dejaron sus familias, amigos y otros afectos buscando un mejor futuro para ambos. Aquí pudo Franco encontrar una buena esposa pero su hermano iba madurando solo y cada día algo más hosco porque Bruno había dejado una noviecita que nunca intentó reemplazar en su vida.
Un año no aparecieron por la casa donde pasaban el verano. Nos dijeron nuestros amigos que los tres habían decidido visitar su familia en Italia a la que no veían desde hacía unos 30 años.
Cuando regresaron lo hicieron con las evidencias del milagro.
Apenas un par de días de llegados al pueblo, Bruno fue hasta el supermercado de su barrio y allí encontró a alguien a quien vio muy parecida a la chica que había dejado tantos años antes. Era ella. Ya tenía los rasgos de una mujer madura pero no había perdido nada de la belleza que había enamorado una vez al muchacho.
Se acercó, la saludó tímidamente y así ella le confesó que tampoco nadie había ocupado su corazón pues siempre confiaba en seguirlo esperando.
Reiniciaron el romance que nunca se había marchitado, se casaron y el trío que conocíamos se convirtió en un cuarteto que ya no compartió nuestros domingos playeros.
Pero dejaron en mis recuerdos infantiles una historia más que siguió convenciéndome de que todo es posible. Por eso quería compartir esta historia contigo, para quizá reavivar en tu corazón esa llamita que nunca debe apagarse.
Daniel Aníbal Galatro
Esquel, Diciembre 27 de 2015.