Parlamento (por detrás y por donde se entra)
Que conste, no todos los húngaros hablan inglés así que ve sacando el arsenal del idioma universal: ¡los gestos y los caretos! Para taxis, para cuando te pierdas, para cuando llegues tarde a una cita o tengas que pedir una comida... casi seguro que lo vas a necesitar, los nombres de las calles están obviamente en húngaro así que si te puedes llevar unos mapitas y activar el modo "visión espacial" ¡mejor!Parlamento, desde el Danubio y con su impresionante iluminación nocturna
Nosotros fuimos al Balneario Széchenyi, uno de los recintos termales más grandes de Europa, enmarc
ado en un imponente edificio de estilo neogótico muy cerquita de la Plaza de los Héroes -un lugar precioso, sobrecogedor- pero un poquito escondido entre la maleza Está al final de la calle Andrassy, algo así como la Calle Toro en Salamanca o Alcalá en Madrid. Una avenida larga, con vida, comercio y lucecitas de Navidad. Te confieso, aquí entre nos, que es una experiencia totalmente única, insuperable, una relajación infinita que, mientras en la calle las temperaturas rondan los cero grados, tu estés en bikini y a remojo en una enorme piscina de agua a 38 ºC, con chorros de agua que aparecen por los rincones más inesperados y un interesante circuito que arrastra, literalmente, a decenas de personas en paños menores sobre un círculo que va aumentando la velocidad.El agua caliente, la noche, los cuerpos de jóvenes que giran sin parar, se que suena como un rollo algo perverso, hablamos de toqueteos entre desconocidos, pero realmente yo lo viví como un juego inocente y divertido, nos reímos mucho y nadie nos metió mano, jejeje.
Tras las aguas termales (tienes muchas para elegir, pero yo te recomiendo Széchenyi!) hay algo que tampoco te puedes perder, ¿recuerdas que hace día se hablaba de vagabundos que enseñaban las ciudades desde un punto de vista nómada? Pues esto es parecido, lo hay en casi todas las ciudades de Europa y es una de las mejores formas de hacer el turismo obligatorio. Hay que hacerlo, sino tus amigos se te echarán encima preguntando ¿y no viste el Parlamento? ¿Y no entraste en la Catedral de San Esteban? ¿Y no viste la mano del santo que sacan a pasear todos los años? (hay que pagar 200 florines para que enciendan la luz y puedas ver la mano del Rey Esteban, manda narices)
Me refiero en este caso a los famosos Free Walking Tours que ya conocerás si te revisas Tripadvisor, nativos españolizados o españoles que se han ido a vivir al destino en cuestión, expats, inmigrantes, como quieras, pero excelentes conocedores de su ciudad y amables anfitriones que te dan un paseito por todo lo imprescindible y tienen conocimientos de cultura, arte, historia y un anecdotario digno de Budapest para dummies. ¡Hazlo! o te arrepentirás, en menos de 3 horas te conocerás la ciudad a lo Lonely Planet y luego dejas una propinilla que creas conveniente (y no me seas ratilla, que en esta época hace frío y al voluntario también le da pereza salir de casa).
Boscolo New York Palace
Ahi va mi tercer punto fuerte y este es sólo para románticos, para los que el Danubio es más que un río, es una banda sonora con olor a Johann Strauss y ¿bodas? ¿qué bodas?. Aconsejo hacer un crucero nocturno que incluye cena por el Danubio en uno de estos barquitos tipo miniTitanic, que te ponen música zíngara de fondo y un bufet libre que no es genial, pero que tiene comida húngara -y postres, muchos postres- y unas vistas impresionantes mientras navega desde Isla Margarita y recorre el río unos cuatro o cinco puentes más abajo (no me enteré mucho, en ese momento estaba con los postres húngaros ¡no sabía que eran tan famosos!).¿Que si destacaría alguna cosilla más? No pagues por entrar al Parlamento, para los ciudadanos europeos es gratis -el guía también- si pides una invitación previa por internet. Así que llévate el DNI y que de una vez te sirva de algo ser de la Unión Europea. No lleves demasiado equipaje, no hace tanto frió como podría parecer, es bastante similar a Madrid y si vuelas con la compañía Wizzair ya ni te cuento, con ellos no aplican las medidas internacionales de equipaje de cabina, tienen una normativa específica para maletas mucho más pequeñas... una basura. No pilles desayuno en el hotel, parte del encanto de Hungría en navidad son sus encantadores mercadillos navideños y en casi todas las cafeterías hay una selección de repostería que merece mucho la pena. Si, si coges taxi cierra con ellos antes el precio, por ahí cuentan que hay mucha estafa y en general, se puede negociar con ellos. ¿Propinas? Suelen incluirlas en el precio, pero hay sitios como el Palacio de New York que merece muchísimo la pena, dicen que el el mejor café del mundo, escondite literario de la Belle Epoque donde yo me sentí la mismísima Isabel de Baviera (si, si, me refiero a Sissi). ¿Eres fan del cubo de Rubik? Se que queda algun freak pro ahi, como Victor, y en la ciudad de Enro Rubik obviamente tienes que llevarte uno.