Revista Talentos

Buen viaje, maestro

Publicado el 04 septiembre 2017 por Joseoscarlopez
Buen viaje, maestro

Ha muerto John Ashbery. En un momento muy difícil de mi vida, descubrir su poesía fue absolutamente especial para mí; iba a escribir "balsámico", pero no es un adjetivo que recoja la importancia que tuvo en esos días. Fui a aislarme dos meses a la casa de la playa de mis padres, en Calabardina, Águilas, con dos libros de él: `Pirografía´ -una antología- y `Una Ola´. Los leía de forma obsesiva y, en un encierro casi absoluto, en una estricta soledad que solo él, con sus versos, rompía, empecé a escribir poemas para sanar todo lo malo que en mí ardía, lo que acabó constituyendo el corazón de un libro que terminé por publicar años después. Recuerdo reír de forma extraña pero liberadora para mí, cuando acababa alguno de estos poemas, porque era como volver a poder ver el mundo ahí enfrente, y eso, de alguna manera, de muchísimas maneras, se lo debí a Ashbery.Descubrir su poesía me enseñó a volver a confiar en las palabras, y me enseñó la importancia de esa conversación que uno mantiene con ellas, no solo a través de ellas sino con ellas mismas, aunque tal conversación no parezca conducir a ninguna parte. Y me recordó que no hay vida posible sin imaginación ni humor, sin la larga tradición que a uno le sostiene, siquiera para reírse un poco de ella, para reírnos de nosotros mismos, tan vulgares como pedantes, tan diminutos como universales; no hay vida posible sin la magia de la paradoja, a la vez grave y risible, que nos sostiene cada día; la innumerable y paradójica belleza que nos rodea por todas partes.Buen viaje, maestro


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