Yo tengo una memoria normal para unas cosas, mala para otras. Tengo problemas regulares para recordar a las personas y problemas serios para recordar los nombres de las personas -con mis estudiantes, es penoso-. Además, vivo esos despistes de llegar a la cocina y no saber a qué iba o no saber dónde dejé algo. Sobrevivo, con metidas de pata importantes, del tipo de olvidar una cita médica de la niña. Afortunadamente, en cuanto a la esencia de mi trabajo, todo funciona bien.
Aparte de eso, tengo una memoria privilegiada para recordar "de dónde vengo".
Hay una canción cristiana llegadora de Nancy Amancio, que fue muy importante para mí. Dice: "Nunca olvides a qué Dios te llamó / de dónde te sacó / y qué te prometió". Y yo puedo olvidar qué me prometió; llegó a olvidar a qué me llamó; pero tengo clarito y fresco, siempre, de dónde me sacó. Y creo que sobre todo por eso, todo lo vivo como la gran cosa: muy agradecida.
Silvia Parque