El teléfono suena (un decir, pues ante la protección de mis productos coloqué una pequeña luz que me avisa), descuelgo y ella me entrega más mercancía.
Revista Talentos
Aún me quedan silencios, los anuncio por el periódico pero nadie llama. Entro de puntillas a mi habitación, pues no quiero que se desmoronen.
El teléfono suena (un decir, pues ante la protección de mis productos coloqué una pequeña luz que me avisa), descuelgo y ella me entrega más mercancía.
El teléfono suena (un decir, pues ante la protección de mis productos coloqué una pequeña luz que me avisa), descuelgo y ella me entrega más mercancía.