Las mejores observaciones son las que uno no se espera, ya sea por ser la presencia de un animal en un lugar o en un momento inesperado; aquellas que son fruto del hazar o cuando tienes la suerte de observar en primera persona un comportamiento inusual o dificil de ver en directo en un animal.
En toda la provincia de Pontevedra son bien raras y puntuales las observaciones de aves carroñeras y no superan la decena de ejemplares. Os imaginareis mi cara de sorpresa al salir de casa, aun medio dormido, y encontrarme con un bando de más de 30 buitres leonados (Gyps fulvus). Posiblemente, sea el registro más numeroso de ejemplares en todo la provincia.
El área de reproducción más cercana del Buitre leonado se sitúa a casi doscientos kilómetros al norte de la zona donde fueron observados. Su presencia probablemente se deba a movimientos dispersivos en busca de alimento aprovechando las térmicas originadas por el calor derivado del buen tiempo que estamos teniendo estos días. Así, un Buitre puede realizar largos desplazamientos sin apenas batir las alas y gastar energía.
Después de mantener una charla telefónica con el amigo Victor Cabaleiro que tambien los estaba observando aunque desde otro punto, llegamos a la conclusión de que unos 39-42 ejemplares formaban el grupo. Hace poco más de un mes, durante el censo de aves rapaces en la Sierra del Cando, tuvimos igualmente la suerte de observar un bando de 3 buitres.
Galicia es una comunidad rica en aves forestales pero pobre en aves planeadoras. Esto se debe a varios factores, entre los cuales podríamos nombrar la escasez de áreas propicias para la reprodución (paredones o cortados) y quizás un clima lluvioso que implica tener que batir las alas para desplazarse durante muchos días al año incrementando asi cuantiosamente el gasto energético.