Me fascina el mundo del fútbol. Más que el fútbol en sí, lo reconozco. Un espejo de lo que somos. Como sociedad y como personas. Ahí están las burbujas: clubes gestionados sin ningún criterio económico, endeudados hasta las cejas, que buscan a su Mister Marshall en cualquier mangante extranjero que venga prometiendo el oro y el moro.
El fútbol es un negocio ruinoso. Nadie en su sano juicio entra en él para hacer dinero. Las motivaciones son siempre otras. Ahora parece que un singapurense va a comprar el Valencia; un club que figura como un ejemplo de libro de desastre financiero. Leo enternecido las declaraciones de su actual presidente, un tal Salvo. Asegura que, dignos ellos, le han puesto una serie de condiciones al inversor: acabar el estadio, reforzar la plantilla y, atentos, que el club estuviera gestionado por valencianos y que se respetase el valencianismo. Esto último no sé bien lo que es, así que paso de puntillas por el tema. Pero lo otro, lo de gestionado por valencianos, me resulta sorprendente: "como los que han llevado a la ruina al club" le faltó añadir. Usted ponga la pasta, Señor Lim, y déjenos a nosotros gastar a nuestro aire.El narcisismo de la identidad, llevado al fútbol. Y luego se preguntan porqué el capital se va a Mónaco o a la Premier...Qué cosas...
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Burbujas...
Publicado el 24 diciembre 2013 por ElperdiuTambién podría interesarte :