En las redes sociales todos hemos sido testigos de cartelitos con frases motivadoras del tipo “Cómete el mundo”, “Te mereces el mundo ¡Adelante!”, “No hay mal que 100 años dure”, etc.
Estás frases que al comienzo de la andadura de un usuario de redes sociales pueden ser graciosas, con el paso del tiempo solamente nos motivan a ignorarlas y saltarlas sin leer por encima. Es muy loable que el bueno de Ramón y Cajal, Picasso y hasta Rocío Jurado nos dejaran un granito de arena en forma de frase para animarnos a seguir adelante. Pero lo dicho, la carga de buenos augurios y mejores deseos ya está descontrolada y con efecto nulo sobre nuestras ganas de cambiar el mundo.
He tenido el privilegio de asistir como invitado a la premier de Paco de Lucía en Madrid. Allí se dieron cita toda clase de personajes y personas. Grandes profesionales del mundo de la comunicación desfilaron por la alfombra, actores, directores de cine, diseñadores de moda, cantantes y representantes más pintorescos aún que sus representados.
La película comenzó con un cálido aplauso y la presentación por parte de sus creadores y realizadores al público asistente. Hasta ahí todo perfecto, pero no sabía qué me iba a encontrar. Mi generación del 70 ya no crecimos con el flamenco, más bien con los sintetizadores eléctricos, guitarras eléctricas y todo tipo de instrumento que se enchufara a la corriente. Confieso que conocía más a Paco de Lucía por el mundo clásico de la música y el cine que por su carrera flamenca.
Paco de Lucía es una persona sencilla y cercana, un genio que nunca paró de trabajar, crear, revolucionar la música y crecer. La proyección tiene mucho mensaje, de esos que hablaba al principio de Facebook, pero al contrario que estos, los de Paco son reales y te los dice el mismo. Mirándote a la cara, a los ojos, con una cercanía tan magnética que uno realmente se siente sentado junto a el escuchándole en ese patio de Yucatán en el que aparece en la película. Es una sensación de tomarte una bebida refrescante mientras Paco te cuenta y te da mucho más de lo que parece.
Paco de Lucía no solamente ha evolucionado un género músical muy complicado, sino que da un ejemplo de lo que ha sido su vida. Con ello te hace reflexionar si realmente uno mismo está realizando lo que quiere, o simplemente está en el sofá de su casa. Uno de sus amigos comentaba que en la vida hay que buscar incomodidades. Supongo que Paco de Lucía no sabía nada de coach (tan de moda) y menos aún de la repetida frase “Tienes que salir de tu zona de confort”. Cuando uno es un genio, no lo admite, pero deja muchas lecciones y ejemplos de su vida que sirven para motivarte.
Paco de Lucia ha sido y es un genio, pasarán muchas generaciones después que hayamos dejado de existir y siempre quedará su esencia para enriquecer a la raza humana.
Gracias a Curro Vázquez Varela y Casilda Varela por haber creado tan impresionante e imprescindible documental, quizá dentro de 500 años o más nacerá un niño que contemplará su film con un inimaginable aparato y nacerá en él la semilla para coger ese testigo tan alto que ha dejado Paco de Lucía.
De momento yo no sé tocar la guitarra, pero ya me siento feliz por levantarme todos los días de mi cómodo sillón y buscar esas incomodidades que tanto me ayudan en mi búsqueda.
Gracias Paco, gracias Curro, gracias Casilda, por fin las estrellas del cielo están afinadas.