Por fin comenzó la búsqueda de mi casa de verdad en Miami. Tengo muy buen recuerdo de esos días, no sé si por lo que hacía o por lo que me libraba de hacer. Tuve la suerte de ocuparme personalmente de esta tarea. Todos los días recibía un correo de un agente inmobiliario con un montón de propuestas, las que elegía me las enseñaba al día siguiente. El agente se llamaba Paolo pero siempre le llame Paco, no se muy bien por qué. Paco, era un brasileño que además de vender y alquilar casas, se dedicaba a la venta de productos tipo tele tienda. Os podéis imaginar la chapa que me pegaba cuando subía a su coche con destino lacasademisueños y de paso el colega me enseñaba un montón de artilugios como, el cojín sujeta tabletas, el monedero irrompible, la sábana inmoviliza bebés, o un fertilizante para cactus… A mi me daba la risa floja y a él le gustaba que me riera.
Mi casa tenía que estar en el mar, ese era un requisito indispensable. Tener dos habitaciones mínimo, y ser bonita. No pedía tanto. También tenía claro que quería vivir en un condominio. Al pasar tanto tiempo sola me iba a sentir mas segura viviendo cerca de 500 personas que no en una casa independiente en la que podían venir los malos a verme o 200 tipos de lagartos, libélulas, arañas, mosquitos, y cualquier ser vivo que no dé los buenos días. Si, me dan miedo los bichos. Sobre todos, y con una diferencia abismal, las arañas. Tiemblo sólo de pensar en una.
Pasé un mes, viendo unas tres o cuatro casas a la semana, y lacasademisueñossin aparecer. Me empezaba a desanimar y a cabrear. Me cabreaba que las casas no tuvieran nada que ver con la fotos que enviaban. ¿Para que hacen eso? Ponen fotos que parecen casas de revista y luego son castañas pilongas. A veces salía verde, verde Shrek, de los cabreos que me cogía. Paco cada vez enviaba menos propuestas y yo cada vez tenía mas prisa.
Y de repente, un día apareció. Era pequeñita pero con las vistas mas increíbles que había visto. Una planta 24 para ver el mundo.El dueño, un turco que no pasaba nunca por aquí, decidió ponerlo difícil. El tío tenía un montón de deudas con el condominio y hasta que no las pagara, el edificio no le permitía alquilar. Se hizo de rogar. Pasamos unos 20 días peleando con el, pero finalmente ¡lo conseguimos! Paco estaba mas contento que nosotros, preparó una celebración en el balcón de la casa, con pétalos de rosa de mentira y champán servido en copas de plástico y purpurina. No podía ser más cariñoso y más hortera.
Una puesta de sol desde la terraza
La casa es perfecta. Esta cerca del cole, del súper, de la playa y de los parques… Y tiene lavadora y secadora.Estamos pegados al mar, algún día hemos visto delfines desde la terraza y pelícanos pescando y todos las tardes tienes puesta de sol. Es un buen lugar para esperar al Currante.