Ahí les va un tip que me encontré en una página de una revista, de cuyo nombre no quiero acordarme*… pero en mi defensa debo decir que no la compré, sino que fue la revista que mi estilista me pasó mientras yo esperaba a que terminara mi corte y secado.
En fin.
Entre todo el chisme farandulero me encontré este tip que decía que si tus hijos manchan la mesa con Pritt, la solución para quitar la mancha era frotándole mantequilla con una franela.
Siendo mis hijos amantes del Pritt, mi mesa de madera estaba cubierta de manchas opacas… porque toda mamá que tiene hijos en edad de hacer tarea sabe que ―efectivamente― si intentas limpiar el pegamento, lo único que acabas haciendo es embarrándolo más.
Entonces…
Llegué del salón y puse manos a la obra. Saqué mi mantequilla, mi franelita y… voilá! Quedó como nueva. Para que vean que estas revistas también son educativas.
Me siento en todo mi derecho de tomar este tip prestado para el blog, ya que yo también contribuí con el proceso de investigación, porque ―como no me bastó limpiar mi mesa, sino que también tenía un tupper con una etiqueta medio arrancada que no le había podido quitar bien― me clavé con el rollo de la mantequilla y la franelita y ¿qué creen? Voilá! Adios al pegamento de la etiqueta.
Tanto dinero gastado en Goo Gone…
¿Quién iba a pensar que la mantequilla iba a servir para otra cosa que no fuera para hacer de tu pan tostado un platillo delicioso?
Pues ahí está. Si le encuentran otro uso práctico a la mantequilla y la franelita, ahí me avisan por favor.
*En serio no me acuerdo del nombre de la revista, pero era una de esas en las que en la portada siempre sale una mujer con escasa ropa “como (según ellos dicen…) siempre la habías querido ver” y que en los encabezados siempre te prometen una historia de amor, una de desamor, una de traición y la revelación de un gran secreto. Ya sabes, pura información imprescindible y completamente relevante para tu vida…