Año nuevo, look nuevo. Algún día dije que un blog puede ser más que una ventana al mundo. Es como chupar techo, hablar con el psicólogo o con tu madre. Una forma de sacar cosas que hay dentro. Es la terapia. Mientras me sincero os muestro fotos de este año que acaba, siguiendo la iniciativa de Lusi, aquí.

Como viene siendo la costumbre la navidad pasa por mi casa de puntillas. No hay niños. No somos muy noveleras ni tradicionales, así que las uso más para descansar, sentarme en la copa, calentita y sentir que el estrés se va por la punta de los pelos. Que toda esa gente se mueve ahí fuera pero yo estoy como en slow-motion aquí dentro. Un rato solo, porque luego debo volver al trabajo y al movimiento, a la bulla como se dice por aquí. Pero el NO tener que levantarme temprano-coger la bici-subir el puente-y llegar a la otra punta con la lengua fuera me da mucha vidilla para pasar la tarde entre clientes desesperados.

Entretanto me he propuesto ser más ordenada (yo tb Lusi) y cumplir mi agenda a rajatabla, hacer los deberes de mañana y de pasado y esforzarme mucho más por mi propio bien. Espero que el número 11 me de suerte y este sea un bonito año que recordar. Prometo ser optimista y deseo que el buen royo brote como setas a mi alrededor para que se cumplan los sueños de todos.
Os deseo lo mejor... y salud.
Un besitoo
