Puedo, si no me condenas antes
agarrar(te) un lunes
y convertirlo en viernes.
Puedo, si me dejas acariciar tu espalda,
dibujar un mundo paralelo
en el que tu sonrisa
sea la marca del buen tiempo.
Quiero, si me dejas, soñar contigo
regalándote mis sueños,
regaládote una moneda
y que el viento decida si merezco
que me quieras con locura.
Que yo ya siento con locura
que esto que siento no es humano,
es extasiarse en la amargura
de vivir hasta que decidas marcharte.
Y ni marcharte sirve
porque terminas volviendo
si no es a mí, es en mí.