Cuando ellos responden con esa lógica, que es la suya, no puedes hacer nada más que reirte, aunque sea por dentro. Pero por fuera, hay que enseñarlas que no siempre se puede ser un canguro. Pero insisto, eso es responsabilidad de los padres. Los niños bastante tienen con crecer felices y sanos.De los centros comerciales es mejor ni hablar. Y menos si es sábado por la tarde. Esos niños sueltos por Carrefour o Hipercor, echando carreras por los pasillos y abriendo paquetes de galletas de dinosaurios, porque es la hora de merendar... O en las tiendas de ropa, manoseando todo y hablando a gritos, mientras las vendedoras, a punto de hiperventilar, piensan que casi prefieren no vender nada, pero que se vayan de una vez. Prefiero que sean espabilados y traviesos antes que unos muermos. Pero hay que dedicar tiempo a enseñarles dónde y cuando pueden jugar y donde deben portarse bien. Porque si no, sólo estaremos ayudando a crear pequeños monstruos. Ahora bien: tampoco puede ser lo contrario. Porque también hay quien espera que sean correctos todo el tiempo. Y eso no puede ser. A la hora de jugar en el parque, que se diviertan. Y si se manchan, ya irán a la bañera. Y si se caen, que se levanten y a seguir jugando. Que todos hemos disfrutado enseñando nuestran heridas de guerra.
Cada cosa en su momento
Publicado el 08 febrero 2012 por BeatrizbeneitezCuando ellos responden con esa lógica, que es la suya, no puedes hacer nada más que reirte, aunque sea por dentro. Pero por fuera, hay que enseñarlas que no siempre se puede ser un canguro. Pero insisto, eso es responsabilidad de los padres. Los niños bastante tienen con crecer felices y sanos.De los centros comerciales es mejor ni hablar. Y menos si es sábado por la tarde. Esos niños sueltos por Carrefour o Hipercor, echando carreras por los pasillos y abriendo paquetes de galletas de dinosaurios, porque es la hora de merendar... O en las tiendas de ropa, manoseando todo y hablando a gritos, mientras las vendedoras, a punto de hiperventilar, piensan que casi prefieren no vender nada, pero que se vayan de una vez. Prefiero que sean espabilados y traviesos antes que unos muermos. Pero hay que dedicar tiempo a enseñarles dónde y cuando pueden jugar y donde deben portarse bien. Porque si no, sólo estaremos ayudando a crear pequeños monstruos. Ahora bien: tampoco puede ser lo contrario. Porque también hay quien espera que sean correctos todo el tiempo. Y eso no puede ser. A la hora de jugar en el parque, que se diviertan. Y si se manchan, ya irán a la bañera. Y si se caen, que se levanten y a seguir jugando. Que todos hemos disfrutado enseñando nuestran heridas de guerra.