Lo abandonó en el contenedor amarillo.
Revista Talentos
La mujer del cirujano plástico estaba cansada de su marido y sus insufribles manías: todo debía mantener una cuidada simetría, en la ropa no aceptaba ni una arruga, se dormía contando hacia atrás desde diez, en la mesa cortaba la comida con precisión milimétrica...
Lo abandonó en el contenedor amarillo.
Lo abandonó en el contenedor amarillo.