Cada palabra que escribía yo en un verso
de esos que alivian las heridas
y cautivan los reproches
en las ignominiosas páginas del desengaño,
donde yo bordé tu nombre con hilo de esperanza;
cada palabra que callaron mis labios
y se dormía en tu silencio de niño asustado
cada minuto y cada segundo de tu ausencia
sostenida apenas en el latido del viento
aguardan su significado
dentro de un corazón maltratado.