Publicado el 09 julio 2015 por 50palabras
@50palabras_
La una de la madrugada; te levantas, vas a su habitación, regresas al lecho. Las dos, vuelves a levantarte. Las tres... esta vez respiras aliviada, ¡duerme en su cama! Te acuestas y sonríes, añorando las banales preocupaciones de entonces: "Ponte la sudadera. Cómete la merienda. No te tragues el chicle".