Café

Publicado el 22 enero 2019 por Aidadelpozo

Se me enfrió el café al verte. Te decidí de nuevo mi presa.
Volqué mi imaginación en el arco de tus cejas, en tu perfume de anuncio de navidades, en la invisible huella que dejas en mi piel cuando la tocas.
Y así, a besos lentos y nula prisa, atrapado tú y de regreso del infierno mi niña, esa que escondo; se quedó helado el café de invierno.
Por mucho calor que le pusimos, nada pude hacer para tomarlo. No me gusta el café frío si no estás tú. Esa es mi ley. De ti la aprendí.