Primeros cafés.
Siempre vi a mi abuela tomar café. En esa época no había cafés de todo el mundo por todos lados; no había una gran "cultura de café" -las cafeterías no eran franquicias de moda con productos costosos-. En mi casa se compraba simple café soluble del más común; a veces, por temporadas, alguno de otra línea de la misma marca, de grano más dorado, más rico -alguna vez hubo un café importado, también-. Los niños no tomaban café, pero muy de vez en cuando, mi abuela me consentía con un café en leche (no con leche). Eso me hace pensar en Elena Garro, que olía el café de sus mayores, prohibido para ella, y eso iba buscando en el matrimonio: mayoría de edad para el café. A mi abuela, su abuela la engañó dándole café en leche en lugar de leche con chocolate, y ahí empezó su relación con el café (si se pone el café primero con muy poquita leche, y se revuelve, hace espuma).
Silvia Parque