Sé que much@s de vosotr@s me leéis des de cerquita, ¿que os voy a contar yo del tió? pero me consta que otros lo hacen desde otros lugares de España e incluso des de el otro lado del charco así que me apetece, ya que además de guardar este bichillo en mi baúl lo saco de paseo, a ver mundo.
El “tió” o “caga tió” es un pequeño tronco que acompaña los hogares catalanes los días previos a la navidad, es como un animatito de compañía que hay que arropar y alimentar y que en la noche de navidad (nochebuena) cagaba los turrones, neulas (barquillos) y demás, previo ritual de canción y bastón.
Seguramente por la presión de Papá Noel o Santa Claus el pobre tronco se ha visto obligado a comer más y cagar cosas más…boluminosas, inservibles, costosas, bonitas.
El de la foto es el gigante que situan en la plaza de la catedal durante las firas de Santa Lucía. El que tenemos es casa es más casero.
El tió es un tronco que según algunas fuentes se ha de elegir la noche de San Juan y según otras en un simple tronco salvado del fuego en ese momento. Se le pone ojos nariz y boca, quizás unas patitas delanteras y no debería faltar nunca una mantita y la barretina. La barretina es como un gorro rojo más ligeramente más largo y con una franja negra, del traje típico, vamos.
Acostumbramos a poner nuestro Tió en estos días del puente de la constitución, por simple practicidad, no sé si utilizo el término de manera adecuada, pero estos días tenemos tiempo y considero que es suficiente tiempo para que “engorde”. En la wiki he leído que es el 8, en otros lugares que el 13 (Santa Lucía).
No hace falta que sean demasiados los días que coma sino el calor de hogar que sienta. Hace tres años pasamos las fiestas en Pontevedra, el día 23 pasó una camioneta por nuestro lado y le cayeron dos pequeños troncos, no dejamos pasar la oportunidad de enseñar a la familia lo que era capaz de hacer, y en un día y medio cagó como siempre o incluso más.
El tió come sobretodo mandarinas y galletas, en algunos lugares les ponen restos de comida, nadie lo ha visto comer, pero siempre desaparece.
La noche de navidad los niños ensayan bien la canción, hay muchas variedades, y cuando están listos cantan la canción a golpe de bastón sobre el tronco y al levantar la manta aparecen los regalos.
Algo que me gusta aún más que el tió es el verso de navidad, los pequeños aprenden en el colegio un pequeño poema, canción, oración, verso que después de la comida navideña y subidos a la alto de la silla recitan de memoria. Están tan graciosos!!!
Tengo que poner post con un cuento sobre este personaje, que aún no he puesto ningún cuento en mi baúl.