Caliente y Fría

Calentando

Musiquilla de teléfono.

Yo, con voz que irradia una sonrisa. —¡Buenos días!, ¿sabes que existe un blog distinto, fresco, ágil, y genial, lleno de sabiduría y vida que se llama Sabia Vida?

Pobre voz adormilada. —Bueno y para esto me levanta usted a las tres de la mañana

—Es que verá, para mí, SabiaVida es muy importante. ¿Qué podría ser más importante que la sabiduría y la vida?

—Pues para mí no.

Cuelga

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¿Te imaginas que promocionara Sabia Vida de esta manera? No me gusta reconocerlo, pero lo cierto es que todos -blogueros, novelistas o conserjes- comenzamos así.Bueno, puede que no exacta y literalmente con llamadas frías a las tres de la mañana, pero sí con una actividad que ese esencialmente lo mismo: la promoción a puerta fría.

Preciso. Los especialistas en marketing te lo explicarán mucho mejor que yo, pero quédate que una “llamada fría” sería esa que haces a alguien que ni espera ni desea que le hagas una oferta. La típica llamada de la compañía de turno hecha por alguien que ni sabe tus necesidades. Una llamada caliente es aquella que haces a un cliente que ama y espera el producto que le ofreces.

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En un smartphone negro y molón suena “fire on the water”

—”Hola”

—”Hola Javier. Buenas noticias. Me acaban de llegar las nuevas camisetas de Metal Thunder Rythm que querías.”

—¿Las negras?

—Las tengo negras total, gris oscuro y negras con un ribete dorado en el cuello.

—¡Mola!

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Luego estaría la llamada templada que sería aquellos que están interesados en lo que tienes que ofrecer, pero no necesariamente por ese producto concreto. Una venta templada sería vender cómics en una convención de cómics.

Pues bien, toda nueva cosa que emprendas, todo mensaje nuevo que quieras comunicar, lo haces esencialmente “a puerta fría”. Salvo que seas famoso y de ahí el valor de los famosos. Esencialmente, nadie te conoces y vas lanzando post como quien siembra al viento. Alguien te dice que las redes sociales son la clave y empiezas a compartir por ahí, tropezando con el mismo problema, también llamado, ¿por qué nadie me sigue y retuitea?

Cuidado: ahí es donde tiras la toalla.

Cosechas nada más que fracasos, o eso es lo que te parece. ¡Oh tristeza! ¡Oh funestos hados! No sé escribir, no sé vender, no sé bloquear, a nadie le interesa lo que hago.

Nada de eso. Es que estás vendiendo a puerta fría, lo más difícil de lo difícil. Piensa en todos los profesionales que han fracasado intentando venderte algo. ¿Cuántos intentos -hechos con ingenio y medios audiovisuales- necesita una compañía de publicidad para que, al fin, compres?

Las buenas noticias es que mientras “fracasas” has ido calentando el mercado. Son pocos todavía, quizás demasiado poco, para considerar que tienes una audiencia que merezca la pena intentar vender nada, pero ya estás en camino. Ahora necesitas escuchar a esa gente. Apuesto a que no son tan raros. Descubre cómo les puedes ayudar. ¿Necesitan información? Dásela. ¿No tienen un líder? Lidera. ¿No tienen dónde reunirse? Abre un foro o una tienda. Ayúdales y serán ellos mismos quienes te caliente el ambiente. Ya no estás solo sino con gente a la que importa lo que dices porque a ti te preocupan sus necesidades. Te preocupan, genuinamente, sus necesidades.

Calentando SabiaVida

La razón de este post es que pretendo calentar Sabia Vida, según lo expuesto. Por eso es muy importante que comentes, que mandes un tweet o, sobre todo, te suscribas a la lista de correos. La lista me da la oportunidad de conocerte mejor, de ver tus necesidades y lo que te gusta y, muchas veces, sin que tengas que hacer nada especial.

Ganamos los dos. No voy a esconder que yo gano, porque sería absurdo, pero tú también ganas porque harás SabiaVida mejor para ti también.

Y, ya que estamos…

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