Yo quiero ser camarero y eso me convierte automáticamente en camarero profesional.
Pero, sentirse un camarero profesional no es suficiente, porque como en todo oficio, profesión o disciplina existen personas que hacen un buen trabajo y otros que no lo hacen tanto. Entre los camareros profesionales hay de todo: talentosos, borrachos, sacrificados, ignorantes, enfermos, ingenuos, alcahuetes. Si tú eres de esos mediocres que tienen diez años de camareros pero sueñan con ser kiosqueros, renuncia, renuncia o comienza ya mismo a capacitarte seriamente. Un camarero profesional es un vendedor y debe entrenar su cuerpo antes que nada. Y luego, después de tener pleno dominio de sus funciones corporales, comenzará con su capacitación teórica.
La temeridad y elegancia de un torero.La flexibilidad y tozudez de un aikidoka.
La ductilidad y percepción de un actor.
Su escudo es una bandeja, el moño su corazón.
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