Magazine

Cambiar de vida: ¡Ahora basta! Abandono todo y me voy…

Publicado el 28 diciembre 2009 por Vagabond
Cambiar de vida: ¡Ahora basta! Abandono todo y me voy…
Si están leyendo estas líneas probablemente serán de aquellos que desean cambiar sus vidas de forma drástica. En este blog me he referido a menudo de las implicaciones prácticas y psicológicas del cambio; el antes, durante y después de la decisión. Yo vivo actualmente en Gran Canaria después de haber vivido durante un tiempo en Fuerteventura y algunos años atrás también viví en los EUA; así, soy de los que ha puesto en práctica esta decisión.
Escribo este post porque he hallado en la red algún que otro libro cuyo tema central es: cómo cambiar de vida. Por supuesto, muchos de estos escritores han tenido la suerte de ser promocionados por los medios televisivos o los diarios; de esta manera han escalado rápidamente a los primeros puestos de venta e incluso pueden haber tenido un efecto más importante aún: hacer felices a algunos de sus lectores. Muchos están escritos al más típico estilo de libro de autoayuda donde enumeran del 1 al 10 los mandamientos para huir de la realidad. A continuación les resumo algunos de ellos: sentarse a pensar en las posibilidades… abandonar los condicionamientos, supersticiones y religiones… pensar que somos los artífices de nuestro futuro… y continuamos… pero creo que ya pueden imaginar el resto.
Por supuesto, estos consejos son reales pero desconfío de aquellos libros que se titulan: Cómo ganar en la bolsa en tres simples pasos, Cómo convertirse en un gran seductor, Cómo ser el mejor vendedor… Un antiguo colega de trabajo decía en su vocabulario muy desgramaticado (si me permiten el neologismo): “estos libros están escritos por aprovechones”. Con la palabra “aprovechones” se refería a aquellas personas que aprovechan el momento y las condiciones para obtener el mayor beneficio personal.
Así, frases del tipo: “deben encontrar la fuerza interior”, “deben creer en sí mismos”, “deben convencerse de que es posible”, “somos los constructores de nuestro futuro”… son filosofía clásica al alcance de todos y al menos una vez en la vida las hemos puesto en práctica pero… entre el pensar que somos los artífices de nuestra vida y poner en práctica todo aquello que nos permitirá cambiar nuestro estilo de vida existe un largo proceso en medio.
Cambiar de vida no significa únicamente dejarlo todo y transferirse de país. El cambio también puede verificarse si tan solo nos mudamos de ciudad o si nos vamos a vivir a un sitio más tranquilo rodeado de naturaleza. El cambio puede experimentarse si cambiamos de trabajo, regresamos a la escuela, le dedicamos más tiempo a nuestras pasiones o iniciamos un nuevo hobby. No obstante, el cambio más radical es mudarse de país y reiniciar la vida lejos de nuestras costumbres. Entonces intentaré brindarle algunos tips al estilo de decálogo para el emigrante de éxito (quizás yo también escribiré alguna que otra banalidad pero al menos no me haré pagar).
1. No tenemos necesidad de nadie que nos recuerde que podemos cambiar y que debemos encontrar el coraje para lanzarnos al cambio porque esto ya lo sabemos. ¿Cierto? Todo es posible pero siempre cuesta tiempo, trabajo duro, sacrificios y muchas veces el resultado no es para nada perfecto. Muchos han dejado sus países pero han fallado en sus tentativos de adaptarse a otros sitios por lo que han regresado a casa con el rabo entre las piernas mientras que otros son demasiado orgullosos como para admitir que han reconstruido una nueva existencia banal y repetitiva. Esto se debe a que la persona que huye podrá moverse de un lugar a otro pero no podrá escapar de sí mismo por lo cual a cada sitio donde llegue intentará repetir su estilo de vida anterior.
2. ¿Han decidido dejarlo todo y partir? ¿Adoran el mar y el sol? Perfecto. Entonces es necesario planificarlo todo con tiempo pero sobre todo es imprescindible ir al lugar donde planean transferirse, dos o tres veces y no por tres días sino por un par de semanas cada vez. No se alojen en hoteles, es necesario vivir como si fueran residentes pues solo así podrán calcular el costo de la vida, la calidad de los servicios, la seguridad del medio y por ende, podrán sacar sus propias conclusiones sobre la calidad de la vida. No se fíen de aquellos que dan consejos pues siempre es una perspectiva basada en una historia de vida y unas expectativas personales; es necesario ver y tocar por sí mismos.
3. Mover un árbol implica cortarle algunas de sus raíces y después transplantarlo. Este es un proceso que puede conllevar cierto grado de sufrimiento y que demanda una buena dosis de adaptación. Así, sería bueno aprender a conocer y amar la cultura donde nos insertaremos. Comenzando por el idioma. Cuando estamos de vacaciones puede parecer que un idioma lo conocemos bien pero vivir permanentemente es una cosa bien diferente si deseamos comunicar para hacer nuevos amigos y trabajar. Por supuesto, ampararse en la condición de extranjero puede ayudar en los primeros tiempos pero al final es necesario insertarse en la cultura.
4. En la mayoría de los países ya existe una “comunidad” de connacionales, algunos de ellos pertenecen a la categoría de los escapados; personas que huyeron de la justicia, de un fracaso empresarial o simplemente por motivos psicológicos. Así, si nos unimos a esta comunidad no debería extrañarnos que nuestra aventura se convierta en una pesadilla de recuento de desgracias. También es importante no confiar demasiado en estos “amigos” que brindan oportunidades de trabajo asombrosas pues mi experiencia personal me dice que es mejor fiarse de las personas que viven en el sitio, sobre todo si desean abrir su propia actividad comercial.
5. El inconsciente es aquello que trabaja mientras no nos percatamos, así decía el buen Freud. Aflora de noche mientras soñamos y trabaja en las sombras de la conciencia. Muchas veces el inconsciente nos conduce a comportarnos de un modo determinado ante ciertos estímulos y si verdaderamente existe en inconsciente colectivo, probablemente los cuando nos transferimos de país somos los primeros en liberarlo. Por ejemplo, los italianos no están predestinados a trabajar como camareros o pizzeros, a abrir un restaurante o una heladería. Si existe este estereotipo es porque nosotros mismos lo hemos creado cerrándonos oportunidades a emprender actividades mucho más cercanas a lo que verdaderamente somos. Esto también es válido para otras nacionalidades que al llegar a un país diferente continúan cargando y plegándose a un estereotipo social que lo enmarca y le posibilita solo ciertas actividades y no otras.
Continúa ...

Volver a la Portada de Logo Paperblog