Cajas de cartón se acumulan en la pieza del fondo. En torres de tres o cuatro, no muy grandes – para que no queden muy pesadas, ni se destruyan. Por fuera, escrito con marcador negro, el contenido.
Las cajas de cartón son el primer síntoma de un próximo cambio. Uno va preparando la mudanza con tiempo, acumula cajas que trae del supermercado y generalmente comienza a empaquetar cosas por los libros, los CDs y los DVDs.
Sí, un nuevo cambio de residencia. Llegamos a esta casa hace diez años, cuando aún mis hijas estaban en el colegio. Vivimos y nos acostumbramos a ella y al barrio: tranquilo, arbolado, verde. La nuestra era - en esos tiempos - la penúltima calle de la ciudad, más allá, el bosque, la naturaleza. En los primeros años veíamos ciervos, conejos, pequeños zorros, zarigueyas... después comenzaron a construir. La ciudad y su crecimiento imparable. Ahora hay una pequeña población a este lado, y otra enfrente.
Echaremos de menos esta casa y nos llevaremos de ella muchos recuerdos. Tantos asados con amigos en el patio, los desayunos bajo el pino en verano y otoño. Las fiestas cuando mis hijas se graduaron... en fin, la vida. Fue una hermosa etapa que ya termina. Las hijas se han ido y la casa se hace ridiculamente grande para nosotros solos. Cambiaremos la montaña por el downtown, lo verde por la ciudad. Una casa más pequeña y la posibilidad de ir a comprar el pan e ir al cine a pie.Los cambios, los ciclos, las etapas de la vida. Comenzar cada uno de ellos con el corazón abierto.