El comienzo de temporada señalaba a los Jazz en un punto de inflexión bastante delicado. Muchas voces críticas acusaban la falta de competividad del equipo en base a varios elementos: la no posible continuidad de Boozer, el bajón de juego de Kirilenko debido a la desgana producidad por su posible mala relación con Jerry Sloan, etc. Durante buena parte de la temporada los Jazz han estado luchando por la 8ª plaza de Playoffs con equipos como Memphis, Oklahoma City y New Orleans Hornets, equipos jóvenes cuya aspiración esta temporada era mejorar sus récord del año pasado. En 2007 este equipo fue Finalista de Conferencia 9 años después y la temporada pasada la plaga de lesiones mermó el rendimiento en Regular Season y el posterior emparejamiento con Lakers, a la poste campeones, en primera ronda de Playoffs.
Lo cierto es que Utah Jazz hoy día es una de la franquicias importantes de la Liga por historia reciente. Desde la temporada 83-84 sólo se han perdido la cita de Playoffs en tres ocasiones (desde la 2003-04 a la 2005-06) y por su plantilla han pasado jugadores como Adrian Dantley, Mark Eaton, John Stockton, Karl Malone, Jeff Hornacek, Andrei Kirilenko, Carlos Boozer o Deron Williams, entre otros. El problema es que la ciudad de Salt Lake City es un mercado pequeño, capital de un estado ultra conservador como es Utah y sede de la Iglesia Mayor de la Religión Mormona, que entre otras cosas aboga por la poligamia. El juego desplegado por los Jazz desde la llegada de Jerry Sloan hace más de 20 años se inclina hacia un despliegue físico al borde la ilegalidad, borde que en su cancha de Energy Solutions Arena (para mí, por siempre Delta Center) se desplaza algo más.
Esto convierte a los Utah Jazz es un equipo que normalmente cae mal. Y hace que cualquier tropiezo o bajada de rendimiento del equipo se vea como una oportunidad para anunciar el final del ciclo. A Jerry Sloan le acusan de utilizar aún métodos del estilo de juego de hace 20 años en un deporte que ha cambiado mucho desde entonces. Probablemente Sloan no haya evolucionado mucho en el juego. Junto a Chuck Daily comenzaron el cambio de estilo de juego entre los ofensivos 80s y los defensivos 90s. Pero hoy día los Jazz desplegan un juego mucho más generoso y en equipo que la mayoría de equipos de la NBA. Se mantiene la intensidad defensiva y la circulación de balón como señas de identidad del equipo en cancha y en los despachos se mantiene la tónica habitual de acertar con elecciones del Draft tradicionalmente bajas (Kirilenko, Brewer, CJ Miles) o fichajes (Matthews, Korver, Boozer).
Lo que parecía desencadenar en un posible fin de ciclo hace apenas un mes se traduce en un cambio de tercio coincidiendo con la llegada del nuevo año. Firman un 12-2 de balance desde el 2 de Enero, con un Andrei Kirilenko que ha pasado a jugar de titular con unos 15.3 pts en casi un 65% de acierto en tiro y una parcial de 10-1 desde que sale en el quinteto inicial. Tanto el propio Kirilenko como Miles y Matthews han pasado por el puesto de alero en 5 de partida de los Jazz, la posición donde más problemas tenían este año. Solucionado este problema y recuperados de sus molestias físicas Miles, Korver y Price, la máquina de Sloan no debe hacer más que mejorar. Con su cancha como fortín (21-6) y la tendencia habitual a mejorar a partir del parón del All-Star, este equipo mira a los Mavericks y Nuggets (0.5 y 2.5 partidos de distancia) como objetivo de cara a evitar a los Lakers hasta las Finales de Conferencia.